domingo, 14 de julio de 2013

Encuentros paranormales.


Ahí fuera hace un calor inaguantable, son los rigores del verano en La Mancha Toledana, la canícula !¡ahora si Mhyst!, no deja ni de cantar a la chicharra, acabo de escuchar a IKER JIMENEZ con sus encuentros paranormales, extraños seres que de vez en cuando con sus apariciones, forman parte de la vida de ciudadanos normales, que luego se pasan el resto de sus días intentando buscar una explicación lógica a lo que han visto.
Las noches del verano, sentados en una terraza, invitan a conversar de mil cosas, lo mal que esta la cosa, en cuanto al paro y la maldita crisis, a los últimos podcast escuchados, a hablar de software libre, de aplicaciones, y como no, de encuentros/casos paranormales.
En este tipo de conversaciones, existe la persona que cuenta la historia, casi siempre se la oído contar a fulanito, que se la contó un primo de menganito, etc, o bien la persona que la ha vivido en primera persona, o en su defecto se la ha contado una persona próxima, ya que ha sido esta la que ha vivido la experiencia, en fin, esos casos son los menos frecuentes.
Y por la otra parte esta el que escucha la historia, aquí hay siempre dos facciones, la persona que se cree las cosas que le cuentan a pies juntillas, y la persona incrédula, que cuando le cuentan la historia, intentan por todos los medios, buscar alguna explicación lógica a lo que están oyendo, dándole mil vueltas a la narración, estas ultimas son las peores ó las mejores según se mire, ya que son las que muestran más curiosidad por la narración, y están deseando la oportunidad de que se les cuente una historia de estas características, para intentar rebatirla, darle alguna explicación, sin llegar a darse cuenta de que tal vez la persona que se la esta contando ya se ha hecho esa serie de preguntas, o ha propuesto esas hipótesis para dar una respuesta a la narración, cortando una y mil veces la narración para preguntar sobre detalles o exponer sus opiniones.
Este tipo de oyentes, que no escuchantes, ya que te oyen, pero no te escuchan, y por lo tanto se pierden lo mejor de la historia, que es el escuchar y disfrutar con la narración, luego cada cual se puede formar su opinión, que va desde creer la historia contada, hasta mirar con cierta desconfianza al narrador preguntándose sobre su salud mental.
Que por que les cuento esto, pues verán, les contare cierta historia, permitiéndome no identificar lugares concretos, ni hacer mención a los nombres y cargos de la persona que la vivieron, en la que ocurrió lo siguiente:
Cierta noche de invierno, se recibió en una sala de recepción de emergencias del tipo de las del 112, un aviso dado por una ciudadana, vecina de cierta población manchega, 
que se había dado cuenta al llegar a su domicilio, que las luces del mismo estaban encendidas y se oía ruidos en el interior de la vivienda. Por lo que llamo a ese servicio de emergencia, ya que temía que estuvieran robando en su domicilio. Así que espero a los agentes enviados en la puerta de la calle.
Todo esto lo escuche yo a través de la radio, en el lugar de trabajo, como también a continuación escuche a los agentes, decir que que la alarma había sido negativa, y que no había nadie en el domicilio, dejando ha esta señora en su casa.
Pero más tarde, al regresar los agentes, estos estaban muy serios, tanto que yo temí que hubieran tenido algún tipo de discusión, por lo que les pregunte que les había pasado. A lo que me respondieron, preguntándome si había oído el aviso anteriormente narrado, yo les dije que si. Entonces me contaron que habían llegado al lugar, y que efectivamente había una señora mayor esperándoles en la puerta de su domicilio, que se trataba de una casa de dos plantas, y que se veían luces encendidas a través de la ventanas, que esta señora les había facilitado el acceso al domicilio y que dentro del mismo, en el piso de arriba se oían ruidos y risas infantiles “como de niños jugando”. Uno de los agentes, incluso, le dijo a esta señora “¿No serán sus nietos que están jugando?”, a lo que esta señora respondió, que ella no tenía nietos. Que al empezar a subir las escaleras, las risas y ruidos cesaron, estando también todas las luces de la planta de arriba encendidas, hasta las lamparas de las mesitas de noche de los dormitorios, que aunque buscaron por todas las habitaciones, llegando a mirar debajo de las camas y el interior de los armarios no había nadie. Me dijeron también que la única salida posible del piso de arriba hacia el piso de abajo y la calle era a través de la escalera por la que habían subido, y por la que no había bajado nadie.
Inquietante ¿no?.
 P.D. Este post se lo dedico a mi colega Berruky y sus miedos con las pelis, de terror.

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