jueves, 23 de junio de 2016

Opinión: El Receptor de Comunicaciones Marc.



Siempre he sido entusiasta de los receptores de radio analógicos, siempre me han gustado sus inmensos diales de compuestos por una barra metálica movida a través de sedal, sus numerosos potenciómetros y conmutadores.

Todavía recuerdo cuando con 17 años de edad, cumpliendo el servicio militar en la ciudad de Toledo, vi en un bazar de electrónica un pequeño receptor de radio multibanda, tenia numerosas bandas de onda corta y la banda de FM comercial, entre en la tienda y pregunte al dependiente por el precio del transistor, pues en aquella época, más o menos el año 1987, a los receptores de radio todavía se les llamaba transistores. El dependiente al ver mi paupérrimo corte de pelo, me dirigió una sonrisa burlona para a continuación informarme que el aparetejo en cuestión valía 25000 pesetas que al cambio actual vienen a ser 150 pavos.

-¡Joder! Exclame yo
-Es que la radio aparte de este montón de bandas además tiene integrado un circuito BSO, un oscilador de batido de la señal.
-¿Y eso pa que sirve?
-¡Chaval! Exclamo el dependiente. Eso sirve para recibir CW y escuchar Bandas laterales en los segmentos de frecuencia asignados al servicio de radioaficionados.

Ni que decir tiene que en el año 1987, el abajo firmante carecía de las 25000 pesetas para adquirir el cacharro. Picado por la curiosidad de camino a casa tropecé con un kiosco de prensa y compre una revista llamada “Radio Club” por la que me soplaron ¡350 pesetas!. Es caro el vicio este de la radio. La revista era de producción española y argentina, allí había fulanos que firmaban los artículos con exóticos seudónimos EA3XXX, LU2XXX, etc...

Más tarde me enteraría que aquella curiosa y cara revista que hablaba de antenas y montajes electrónicos,  era escrita por radioaficionados y dirigida a radioaficionados y lo que yo creía exóticos seudónimos, no eran ni más ni menos que sus indicativos de llamada. Con el paso de los años, con más edad, más conocimientos y más pasta, yo llegue también a tener mi propio seudónimo exótico.

Fue una fría noche de del mes de enero del año 2005, cuando tomando un café con amigo mio que de joven había pertenecido en la clandestinidad al Partido Comunista Revolucionario, me informo que tenia en su casa un viejo receptor de comunicaciones analógico a transistores que ya no utilizaba, el receptor aparte de tener recepción en toda la banda de HF en AM, FM, CW y SSB, dial analógico y digital, tenia además recepción en segmentos de banda de VHF y UHF.

No sería hasta más o menos un mes después de aquello cuando compre el chisme a mi amigo por la módica cantidad de 50 Euros, cuando me lo trajo aparte de las características reseñadas, traía un curioso adorno, ya que pegada a la rejilla del altavoz el receptor lucia la divisa de la prenda de cabeza de un oficial de la antigua URSS.

-¿Y eso? Pregunte yo indicando la divisa.
-Eso es un regalo que me hizo un amigo mio, Teniente del ejercito rojo de la URSS, descendiente de exiliados españoles, para que cuando escuchara el parte de noticias de Radio Moscu Internacional, me acordara de él.


Con el cierre de las numerosas emisoras de broadcasting en la onda corta y el insoportable QRM en las bandas radioaficionado solamente he utilizado el receptor para la escucha de la banda comercial de FM como si de una vulgar radio de bolsillo se tratara, pero aún así este aparato supone para mi una rara pieza de colección, por sus características técnicas, sus prestaciones y su curiosa historia.

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