sábado, 28 de enero de 2017

La Rueda de las Estrellas...


Hoy ando un poco melancólico y nostálgico, así que si me permiten les voy a hablar de mis inicios en esto de la radio.

La cosa ocurrió a principios de los años 80a resultas de cierta pareja de walkie-talkies que regalaron a un primo mio con motivo de su cumpleaños. Se trataba de una pareja de walkies de plástico de color plateado -de juguete- el chisme estaba coronado por un altavoz que a la vez cuando pulsabas PTT actuaba de micrófono. En la parte frontal inferior tenía instalado un botón que hacia las veces de rudimentario manipulador telegráfico y entre el altavoz y el pulsador el cacharro tenia serigrafiado el alfabeto con correspondencias en con el código morse. Disponía de una antena de varilla metálica extensible de las utilizadas en los receptores de radio de la FM comercial y el dispositivo en si estaba alimentado por una pila de nueve voltios, que no era nada barata en aquellos tiempos y que el cacharro consumía en menos que se “santigua un cura loco”.

Con gran entusiasmo mi primo y un servidor probamos aquellos cachivaches y lamentablemente comprobamos sus paupérrimas capacidades operativas ya que el radio de transmisión de estos objetos era inferior a 100 metros de distancia, amen de lo caro que salia experimentar con ellos debido a la rapidez con que se “machacaban” las baterías.

Pasada la primera fiebre, la pareja de walkies, pronto quedo relegada al olvido y allí se quedaron guardando polvo y muertos de risa en el fondo de un cajón.

Fue por aquel entonces que aquí en la Villa-Franca, los chicos de nuestra edad también nos jugábamos los cromos -santillos les decíamos aquí- jugando al juego de cartas de las siete y media, en una de aquellas tardes veraniegas el azar sonrió al abajo firmante y consiguió ganar sucesivos envites a mi primo, nada más y nada menos que unos 50 cromos -santillos- de la colección de Mazinger Z que por aquel entonces hacia furor entre la chavaleria. Mi primo muy compungido y casi al borde del llanto, al ver perder parte de su valiosa y cara colección y quizás también por la reprimenda que le daría su madre, me propuso saldar la deuda dándome en pago de los cromos perdidos uno de aquellos walkies, total que sin esperarlo me hice dueño de uno de aquellos cacharros.

Un año más tarde ingresaría en la escuela politécnica de una cercana localidad, al terminar la EGB, me matricule en la especialidad de electrónica. En una de las practicas de taller diseñe un puente rectificador de diodos para transformar -rectificar- la corriente alterna en corriente continua. Recuerdo que llegue un viernes a mi casa, ya que las tardes de ese día las tenia libre y estuve haciendo inventario de las piezas de electrónicas entre las que había, resistencias, condensadores, diodos algún que otro transistor que debía comprobar ya que los cabrones se rompían debido al calor, a la hora de desoldarlos de las placas impresas y así poder reciclarlos, el caso es que estaba aburrido y comencé a montar un puente rectificador de diodos sobre una tabla soldando los componentes encima de unos clavos al más puro estilo “Manhattan” le puse también condensador electrolito de gran capacidad para minimizar al máximo el rizado de corriente resultante. Aquello tenia una pinta realmente triste, pero en mi fuero interno me preguntaba si el cacharro en si funcionaria, el transformador que había instalado con una entrada de 220 voltios alternos, reciclado de una TV antigua daba una salida de 8,6 voltios continuos al final del circuito, no se por que pero mi vista se fijo entonces en el olvidado walkie, al pobre ya lo tenia con el circuito impreso al aire y estaba en la lista de recuperación de piezas de reciclaje a la espera de aplicarle soldador y extirpar una por una los componentes que pudiera recuperar. Total que alimente la placa y le añadí su altavoz original, al conectar pude escuchar el peculiar sonido de una radio de FM sintonizada en un canal vacío. La cosa “pitaba”, no se muy bien pero me empeñe en buscar la salida de antena del chisme y halle el espadín de salida, soldé un cable a modo de antena, la verdad es que no esperaba que ocurriera nada, en un principio nada ocurrió pero al ir a desconectar el engendro pude escuchar algo así como:

“Que si, Isidro que tienes razón, pero hoy me va a ser imposible ir hasta Campo de Criptana.”

Mire el chisme atónito, el zumbido de ruido blanco volvió a invadir el altavoz y el que estaba hablando con el tal Isidro, que por cierto yo no oía, volvió a transmitir, aquel fulano entraba en el dispositivo con la claridad de aquellas modernas emisoras locales de FM.

Desde entonces no había día en que no encendiera el cacharro para poder “pescar” a aquel fulano hablando con su amigo Isidro o según se refería en ocasiones con más de un operador a la vez, hasta que un día en que yo me encontraba intentando arreglar una radio de onda corta que me había regalado un amigo y que estaba averiada, el fulano aquel dio un dato esclarecedor para poder mejorar la escucha, resulta que aquellas charlas -QSO- se mantenían en el canal 22 de medios.

¿Que coño sería aquello? Un día en la cafetería del Instituto pregunte a mi profesor de Tecnología, sobre si sabia lo que era el canal 22 de medios.

-¿Canal 22 de medios?, ufff pues no se... Me contesto meditabundo, mientras sorbía el café y yo le apretaba otro bocado al “bocata” de magreta que me estaba “ventilando”.

-A no ser que…¡Coño! Haber si va a ser una transmisión en banda Ciudadana ¿con que calidad escuchas?
-Calidad FM, Don Francisco. Conteste yo.
-¿Y solo escuchas la mitad de la conversaciones? ¿Por que será?…
-Yo creo que por la antena, D. Francisco..
-Muy astuto mi querido amigo y compañero ¿y si te digo que esas personas utilizan la banda de once metros?..
-¿Un dipolo de un cuarto de onda?…
-Pues a ahí lo tienes, te recomiendo una V invertida para minimizar la polaridad de la transmisión.. y uno dos metros y medio por ramal, exterior por su puesto…Usa cable coaxial de 50 ohmios, pero si no tienes usa el de televisión de 75 ohmios, para la escucha puede resultar...
- El central en el espadín de salida de antena ¿Y la malla donde la conecto D. Francisco?….
-Donde va a ser criatura, en la masa del cacharro, en el negativo.

Con un viejo mástil de TV, un trozo de tabla de teflón con la que construí el aislador central y los aisladores de las puntas y unos metros de cable coaxial viejo de TV, construí mi primer dipolo para la banda de 11 metros. Soldé todo esto y espere ansioso el resultado, al principio nada, pero ya cuando estaba casi desanimado puede escuchar algo bajito pero totalmente legible.

-Metralla ¿me escuchas? ¡Atento Metralla!…
-Hola Isidro ¿Como va la cosa?…
-Pues por aquí andamos, ahora más tarde me ha dicho Samba que lo esperemos en esta frecuencia…


La antena “pitaba” de maravilla, pase horas escuchando a estos primeros radio-pitas de CB, que salían en FM en el canal 22 de medios en la frecuencia de 27225 khz, en un QSO que ellos llamaban “La Rueda de las Estrellas”. Con aque invento logre incluso hacer mi primer contacto “ilegal”, pero esto amigos es otra historia que prometo contarles en algún futuro post...

No hay comentarios:

Publicar un comentario