miércoles, 11 de enero de 2017

Opinión: EL Veterano.

Mismamente, el otro día, mantenía yo un buen QSO a través del servicio FNR con Luis, antigua estación Antartida, ahora con indicativo CS1AB, sobre lo mal utilizados que han estado siempre los recursos al alcance de los radioaficionados.

Criticaba yo un QSO mantenido yo a través de Echolink, donde un colega me comentaba que se había comprado un moderno equipo DMR, no es que yo no este de acuerdo con el progreso ¿Pero para que gastarnos más “cuartos”? Si disponemos de una magnifica red de repetidores VHF y UHF infrautilizada, de transceptores de HF con alcance mundial, amén de los servicios Echolink y FNR, aunque ya se que para algunos la utilización de estos servicios no es hacer “radio”.

Yo admiro a los colegas que experimentan haciendo comunicados, por ejemplo, mediante Rebote Lunar EME, o utilizando las estelas o trazas de ionización de los meteoritos caídos a tierra “Meteor Scatter”, ya que buscan nuevas formas, por muy exóticas que parezcan, de propagación.

Siempre me ha resultado fastidioso -¡y ojo es mi opinión- que un fulano se gaste los “cuartos” en un flamante, sofisticado y caro equipo de radio y a la hora de la verdad, cuando este mismo fulano se encuentra en un QSO, no tenga nada que decir, si no es “fardar” delante de los demás colegas, de los caro que le ha salido el equipo que ahora esta utilizando.

Esto me hizo recordar una antigua anécdota que me ocurrió en mi juventud, recién sacado mi flamante indicativo EC4AMQ. Por aquel entonces, quede con un colega y amigo en Madrid, quedamos en el conocido Bar El Brillante, donde según los entendidos se hacen los mejores bocadillos de calamares de todo Madrid -aunque en eso mi esposa no este de acuerdo- . Quedamos para tomar un café y para enseñarme su nueva adquisición: una flamante Kenwood TS850S, transceptor que ya por aquel entonces era bastante caro e inalcanzable para mi “magra” economía.

Mi amigo se presento acompañado de otro colega de radio ya “sesentón”, con indicativo EA -nosotros aún teníamos prefijo EC- , tras las presentaciones de rigor, tomamos café y fuimos a la casa de mi colega. Allí quede maravillado, la TS850S me enamoro a primera vista, sus dígitos en un color azul y sus brillantes botones y diales. Recuerdo que mi amigo hizo un contacto en la banda de 15 metros -fonia- utilizando para ello una antena W3DZZ -dipolo choricero- acortada con bobinas, pues el “pobre” aunque tenia la gran suerte de disponer de una economía desahogada, vivía en un piso, y ya sabemos los “radio-pitas”, los problemas que hay con las antenas de HF y el espacio disponible para instalarlas. Recuerdo también, que aquel “sesentón” nos miraba complacido y con cierta sonrisilla pintada en la cara. Tras manosear un poco más la TS850S, aquel veterano nos propuso ir a su casa para ver su instalación.

-¿Este pollo, que equipo tiene?. Pregunte yo a mi amigo.
-No lo se, pero al parecer, según dicen en el radio-club, este tío tiene “tropecientos mil” países confirmados en CW.
-¡Oye! ¿Que equipo de radio tienes?. Pregunte yo al veterano.
-Ahora lo veréis. Contesto el mientras se encendía el quinto “Ducados”.

Tras dar cierto rodeo, por el intrincado y caótico tráfico madrileño, llegamos a un humilde bloque de pisos ubicado en uno de los barrios del centro de Madrid. Subimos por la escalera, hasta un quinto, ya que al parecer el ascensor estaba estropeado y una simpática señora -esposa del sesentón- nos abrio la puerta y nos ofreció tomar un café y unas pastitas -muy ricas- según afirmaba aquella señora.

Ya en el “cuarto de chispas” lo primero que me llamo la atención en aquella espartana habitación, era que encima de la mesa de trabajo, clavado a la pared, había un gran mapa mundi, sobre una lamina de corcho, repleto de banderitas de colores. Las rojas: contactos confirmados, las amarillas: a la espera de la ansiada QSL y las negras: contactos con mínimas o nulas esperanzas de confirmación -según nos explicaría más tarde el titular de la estación-. El caso es que banderitas rojas había “un saco” de ellas, aunque para ser más exactos de las otras de las también. Australia se veía plagada, en Nueva Zelanda también había varias e incluso en alguna de las islas que componen Oceanía, ¡Joder! Si en alguna de ellas era más grande la banderita en sí, que la islita donde estaba pinchada.

Pero la “juerga de sorpresas” no acabo ahí ¡que va!. Cuando un servidor bajo la vista y vio la “fabulosa” estación con la que aquel magnifico operador había obtenido tan sorprendentes resultados, casi me caigo de culo.

En la mesa únicamente se veían los siguientes equipos y periféricos -que dirían los más finos-, a saber: un transceptor de CB Super Jopix 1000, un “Tranverter” LB 3 para las bandas de 80-88, 40-45 y 20-23 metros con una potencia mínima en fonía de 15 vatios y en CW 7 vatios, aunque daba normalmente unos 20 vatios de trabajo -por lo que no se podía considerar QRP, se quejaba el veterano-, dos manipuladores telegráficos -uno vertical y otro “mbico”, un acoplador de antenas “home made” -fabricación casera- metido en una artesanal caja de chapa, con serigrafías hechas con cinta plástica con letras en colores, junto aun un medidor de SWR de agujas cruzadas y una fuente de alimentación -creo recordar- de la marca RM con 20 amperios de salida máxima.

¡Y pare usted de contar! Mi amigo, me miraba perplejo, él con su flamante TS850S, ni en sus mejores sueños no habría ni soñado efectuar esos contactos.

Claro está, el truco de todo aquel montaje estaba en el tejado ya que este hombre disponía de una antena directiva de tres elementos para las bandas de 20, 15 -aunque esta banda no la tenia- y 11-10 metros.

-Si os fijáis bien, debajo de la mesa. ¡Si ese cacharro! Que parece un mando de un termostato para subir y bajar la temperatura, no es si no una “brújula” de construcción casera para mover la orientación del rotor de la antena. Dicen los americanos, que de esto saben mucho, que si tienes diez pesetas debes gastarte nueve en la antena y una en el equipo. Explico este hombre.

Aparte de la “directiva” el simpático colega también disponía de un dipolo para la banda de 40 metros con una bobina de corte en las puntas para la banda de 80 metros y de una antena vertical 7/8 de onda de la marca Sirio -aquella que tenia una especie de aro- sin radiales para las bandas de 10 y 11 metros. “Pá” hablar con los coleguillas de banda ciudadana de la zona, en los QSO de por la noche. Aunque en 10 y 11 metros también se hacen buenos DXs con ella. Decía este hombre.

Pasamos toda la tarde viendo QSLs y escuchando las peripecias radiofónicas de este entrañable veterano. Pero saben lo más curioso, que durante ese rato, ni nos acordamos, ni mucho menos echamos de menos la presencia en aquella atípica estación de una TS850S.

Con esto quiero decir, que en mi opinión, no hace falta gastarse mucho dinero, ni tener el ultimo equipo de radio, para tener buenos QSO. Ya que para tener buenos QSOs lo único que es realmente imprescindible es tener un buen operador y contertulio al otro lado, ya que visto, lo visto, todo lo demás son tonterías y ganar de buscar tres pies al gato.


1 comentario:

  1. Esto es absolutamente real y cierto, para disfrutar de la radio hacen falta personas, ganas y no equipos. A los que tienen un flamante equipo, deberían mirar el tejado y ver si lo que hay arriba compensa lo que tienen en casa.
    Un saludo.

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