martes, 19 de diciembre de 2017

Incógnito

El tema surgió en una comida de Navidad, el arte, más concretamente la pintura, yo debo admitir que del tema no entiendo, dicen los que dicen saber que la visión de un cuadro debe provocar sensaciones. Fue entonces cuando recordé que en la década de los noventa, la época dorada de los videoclubs, cuando Internet iba a paso de caracol, se utilizaban módem de tonos y la velocidad máxima de descarga oscilaba en torno a los 56 Kilobytes, vi una película que se titulaba Incógnito, trataba sobre un falsificador de cuadros que tenia el encargo de pintar un Rembrandt. Recuerdo que el pasaje de la película que más llamo mi atención fue un relato en voz en off,  que decía lo siguiente:

La época del Romanticismo te ha elevado a la categoría de culto. Te llamaban el mayor genio que jamás a puesto un pincel sobre un lienzo, aunque en el periodo de la Ilustración te consideraban un marginado.

"Chiaro, scuro" La luz de la oscuridad. De la Croix dijo que eras más grande que Rafael. Renoir dijo: "Yo huelo la salsa, él mastica la carne". y otro pintor holandés, que moriría sin un céntimo, dijo que le dejaste asombrado. Vincent, dijo que tenias que haber muerto varias veces,  para pintar así.

En un caso así, solo hay un modo de actuar, no inventar nada nuevo, si no descubrir algo que los expertos estaban esperando descubrir algún día, algo de lo que hay constancia, pero esta perdido.

Sus pinturas más conmovedoras eran autorretratos, igual que una autobiografía, cuentan una historia sin palabras, una historia de genialidad y tristeza.

Uno de los bocetos más famosos, es el de un anciano que parece ciego, se cree que era un primer boceto para un relato completo al óleo. Ese retrato nunca se ha encontrado, quizás ni siquiera exista, pero según el inventario de su bancarrota, Rembrandt envió dos lienzos a España por mar. Uno esta registrado como el retrato de un hombre sin nombre, sus dimensiones eran de 92x71 centímetros, su precio fue de ochocientos florines holandeses. Pero la pintura desapareció, se perdió en el mar, quizás fue robada, no se sabe, el rastro se pierde y lleva trescientos cincuenta años perdido.

La única constancia que tenemos es la de un experto holandés de la época, él vio el cuadro antes de que saliera de Holanda, lo describió como el retrato más conmovedor que había visto, representa a un hombre ciego, quizás el padre de Rembrandt. La ironía resulta increíble, el Maestro de la Luz, hijo de un hombre ciego.

Solamente por escuchar este pasaje acompañado de una magnifica música de fondo y ver la preparación de los elementos para la falsificación del cuadro, vale la pena ver esta película. Aunque supongo que esta, al igual que el retrato perdido en el mar,  se encontrara perdida en la inmensidad de Internet. Si la buscan, que tengan suerte y si encuentran espero que disfruten como yo disfruté de su visionado.

Un saludo, corto y fuera...    

No hay comentarios:

Publicar un comentario