lunes, 9 de junio de 2014

"De los casos de escándalo: La excomunión"




A luz de vela escribió las letras en pliego el Prior Frei Alfonso. Fue carta de queja al Sr. Arzobispo de Toledo, con letra reche pero con pulso firme.
...Y queja elevo de la exigencia de la Primada, y solicito en estancia superior, se recurra a Roma si fuera necesario, y que desde allí se conmine al Arzobispo, a que no intente recibir ese tributo, ni entrometerse en la cobranza de diezmos, ya que pertenece sin discusión a este Prior de San Juan…
…Y queja elevo por la Parroquial, que en necesidad de reparos se halla, habiendo obligación de esa autoridad de aportar un tercio de los gastos que ocasionen las obras…
…Y queja elevo, que aflicción me causa, su obstinado mandato obligando a mis feligreses cobro y recaudación a beneficio de sus arcas por semillas nuevas y hortalizas. Sépase, que a mis parroquianos en sermón dirigido desde púlpito, advertidos tengo en encomienda de no proceder a tal pago, si estos no son almacenados en ganancia del Infante…
A luz de vela escribió las letras.

El sacristán hacía sonar la campana grande de la Parroquial. Era el primer toque. En los días de precepto se esmeraba en que tañera con cadencia y armonía. Los fieles, piadosos y devotos parroquianos afluían poco menos que próximo el tercero, siempre el toque más sereno.


En la Parroquial había mucho tumulto, la confusión llenaba todo el atrio. Por las calles contiguas comenzó a llegar mucha gente en alboroto. Tal era el vocerío que Frey Alfonso, en la sacristía se encontraba, acudió sin ceñirse el cíngulo del alba.

- ¡Silencio!, ¡silencio!.- Pedía el Prior, en busca de explicación de los aconteceres-. ¡¿A qué se debe este desorden?!.
-¡Al Santo Cristo nos encomendamos!-. Gritó uno de los de al lado.
- ¡¿Quien ha sido, quien ha sido?!-. Vociferaba otro-.
-¡Cristo de la Veracruz, ampáranos!.- Clamaba al grulle una mujer pidiendo favor y piedad-.
-¡Ha sido el Prior, ha sido el Prior!.- Afirmaba uno que en disimulo detrás de otros parroquianos acusaba.
-¡Esto es un penâero…!-. Exclamó Frei Alfonso.-

Entre zarandeos, el citado hizo que se procurara corro en su redor, suplicando sosiego. Se acercó a una piedra de la Iglesia donde una tablilla había sido colocada, sin saberse autoría. Fue, en esos instantes, estando pajizo, de discernir la razón de aquel caos.
En la tablilla colgada en la Parroquial, una letanía de nombres figuraba impresa con sello de la Primada. Todos ellos, sin acuse anterior, excomulgados.

No había lugar a duda, el Arzobispo se vengaba de la petición del Prior de no hacerle partícipe de los diezmos de semillas nuevas y hortalizas.

-¡Osten que apaño!-. Dijo Frey Alfonso, en desolación."

(Continua…….)

Por Domingo Camuñas

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