martes, 30 de diciembre de 2014

Relato: El regalo


Strawberries, cherries and an angel's kiss in spring / Fresas cerezas y un beso de ángel en primavera
My summer wine is really made from all these things... / Mi vino de verano está hecho de todo esto

I walked in town on silver spurs that jingled to / Anduve por la ciudad
con espuelas plateadas que tintineaban
A song that I had only sang to just a few / Una canción que solo había cantado hace poco
She saw my silver spurs and said let's pass some time / Ella vio las espuelas y dijo, pasemos un rato
And I will give to you summer wine / Y te daré vino de verano,
Ohh, summer wine / Ohh, summer wine

Strawberries, cherries and an angel's kiss in spring / Fresas cerezas y un beso de ángel en primavera
My summer wine is really made from all these things / Mi vino de verano está hecho de todo esto
Take off your silver spurs and help me pass the time / Quítate tus espuelas plateadas y ayúdame a pasar el tiempo
And I will give to you summer wine / Y te daré vino de verano
Ohh, summer wine / Oh-oh vino de verano


Meliton Salazar, se halla en su despacho, mira absorto el paquete que un empleado de UPS le acaba de entregar, de fondo suena la canción “Summer Winne”, interpretada por Lana del Rey y por el ex-novio de esta, Barrie-James O'Neill, lider de la Banda musical Kassidy.

En el despacho hay un agradable olor a incienso que se mezcla con el olor al Ducados que Salazar acaba de fumar.

Salazar abre el paquete y de su interior saca una tabla Ouija de madera, una del modelo planchette, una autentica obra de arte, creada en el siglo XIX por William Fuld, una de esas tablas que por la que cualquier coleccionista pagaría una autentica fortuna para que formara parte de su colección, y por la que cualquier mediun autentico en su sano juicio pagaría esa misma fortuna por perderla de vista.

Aunque la tabla viene acompañada de una carta, Salazar no necesita leerla para saber quien fue su dueño, la misma dice así:

    Estimado amigo, cuando recibas esta misiva, hará ya algún tiempo que habré dejado este mundo para pasar al otro lado, ya que he dejado instrucciones a mi albacea para que a mi fallecimiento la tabla y la presente carta te fueran entregadas.

   Como lo prometido es deuda, recuerdo la ultima vez que viniste a visitarme, mucho antes que la maldita enfermedad que me llevo al “hoyo” me postrara en la cama, y me pregustaste sobre historia de la tabla ouija que tenia expuesta en mi salón, esta misma que ahora supongo tienes en tus manos, te dije que a su debido tiempo tu pregunta tendría respuesta.

     La tabla se la compre a unos subastadores de trasteros de Boston en EE.UU, por un precio bastante miserable, luego la hice tasar por un anticuario, que me dijo que su precio real de mercado era bastante superior al pagado dado la antigüedad de la pieza, pero esto querido amigo, no es importante, ya que tanto a ti como a mi, nunca nos importo el dinero.

   No, lo realmente importante es la única “transmisión”, por llamar al experimento que alguna manera, que realice con la misma.

     La cosa sucedió de la siguiente manera, una noche nos reunimos en mi casa de Madrid, el Señor G..., parapsicológo, la por entonces señorita B....periodista, el señor A..., notario, y yo mismo, al objeto realizar una sesión de Ouija bajo unos estrictos controles, como veras todos gente seria y respetable, nada que ver con la miserable “patulea” de falsos “mediun” y estafadores que por aquella época poblaban nuestro país y que eran invitados y ridiculizados tanto en radio como en T.V. por periodistas y comunicadores algunos de ellos al igual que los mencionados, de baja estofa.

    La verdad es que la sesión estaba resultando bastante aburrida, hasta que cuando estábamos a punto de terminar la misma por puro cansancio recibimos este inquietante mensaje:

   POR FAVOR LLAMEN A MI MUJER, ME LLAMO JUAN Y ME ACABO DE MATAR VINENDO DESDE VALENCIA.

    Todos nos miramos sorprendidos, la señorita B..., incluso llego a preguntar si se trataba de alguna absurda broma, recuerdo la palidez del notario, y como el Señor G..., tuvo que interrumpir el contacto para fumar un cigarro.

   Como podrás suponer esto inicio un inquietante debate entre todos los allí reunidos, hasta que a la señorita B... se le ocurrió preguntar a la digamos “entidad” con la que estábamos en contacto, la forma en que podríamos realizar dicha petición.

    En ese momento la Planchette, moviéndose a una velocidad más que regular formo lo que sin duda parecía un número de teléfono, 91.................

   En ese momento el señor notario, abandono apresuradamente el salón para dirigirse con urgencia al baño, al objeto de realizar “aguas mayores”, aunque en verdad no era el único, (ahora pasado el tiempo no me avergüenza admitirlo), ya que todos estábamos como se dice vulgarmente “cagados”.
Nos miramos unos a los otros sin saber que hacer, ni que decir, en ese momento, tome el teléfono y llame al dichoso número, me respondió una voz femenina:

-¿Diga?
-Buenas noches, disculpe la llamada, pero, ¿esta Juan en casa?.
-No importa, no mi marido no se encuentra en casa, se halla de viaje de negocios en Valencia, pero mañana a primera hora ya estará aquí, así que si quiere puedo decirle que a llamado, ¿quien es usted?.

    Se me erizaron los pelos de la nuca, informe a mis amigos del desarrollo de la llamada, todos estuvimos de acuerdo en tomarnos una copa.

    Aquella noche se alargaría hasta el amanecer, a la llegada de la amanecida, todos acordamos que sobre primera hora de la mañana volveríamos a llamar e informaríamos de esta historia por muy rocambolesca que fuera.

    Las horas pasaban despacio, a las nueve ya no pudimos aguantar más, y llame de nuevo al número de teléfono que nos había proporcionado la tabla.

   Esta vez fue una voz masculina, la que atendió la llamada:

-¿Si?, dígame.
-Buenos días, esta Juan en casa.
-Si soy yo, acabo de venir de Valencia, ¿quien es usted?.

    Asombrado y sobrecogido por la situación colgué.

   Como veras, acompaño esta carta con varios documentos, entre ellos un acta notarial que da autenticidad a la experiencia narrada y un informe redactado por un investigador privado que se entrevisto e informo a Juan y su familia de lo sucedido.

   No se que o quien estuvo detrás de esta siniestra broma, pero te puedo asegurar que fue una experiencia que en toda mi vida he sido incapaz de olvidar.

    Espero no haberte asustado mucho con esta historia, recibe un cordial saludo de tu amigo F....

   P.D. Se me ocurre una idea, ahora que estoy muerto podrías utilizar la planchette, para intentar contactar conmigo al otro lado, ya sabes, y así poder continuar hablando y jugando al ajedrez, como lo hacíamos antes, primero por SMS y últimamente por “Whastapp”,¿Recuerdas?, lo mismo funciona.

Meliton enciende un cigarrillo, y se queda pensando, Lana del Rey sigue sonando en segundo plano y el olor a incienso y tabaco inunda la estancia.


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