Recuerdo
que siendo yo un adolescente, cierto día vi uno de los documentales
de la serie “Cosmos” que presentaba y dirigía el fallecido
astrónomo y divulgador Carl Sagan, este dio una de las definiciones
de la palabra “libro” que se quedaría marcada en mi mente, creo
que para el resto de mis días.
Esta
definición venia a decir más o menos, que el invento de la
escritura ha sido unos de los mayores logros, si no el mayor logro de
la humanidad, con el los conocimientos pasan de generación a
generación salvando así el paso del tiempo y el olvido.
“Curioso
invento el del libro”, decía, “sus autores nos hablan y nos
trasmiten sus conocimientos y pensamientos, a través de la lectura, sin importar el paso de los años o de los siglos”.
Hoy
en día vivimos en una sociedad, que como ya vaticino Julio Verne en su
obra “París en el siglo XX” “todo el mundo sabe leer, pero
casi nadie lee”, y es que como decía el genial Jesús Quintero
aquel “Loco” que tenia como patria una colina y como amigos un
río y un limonero: “ siempre ha habido analfabetos, la incultura y
la ignorancia se habían sentido con cierta vergüenza, aunque nunca
nadie como ahora había presumido de no leer un puto libro en su
jodida vida” añadiendo que: “los analfabetos de hoy son los
perores, la mayoría han recibido cierta educación y saben leer y
escribir, pero no ejercen”.
Todavía recuerdo escuchar
los pensamientos de este hombre a través de la radio, su voz
competía con los chisporroteos de la banda de AM, mientras de
fondo se escuchaba la melodía “Shine
On You Crazy Diamond” (Sigue
brillando diamante loco), de “Pink Floyd”.
Y
es que los tiempos han cambiado una barbaridad, aun así la sociedad
me sigue sorprendiendo, todavía recuerdo cuando en mi pequeño
pueblo se abrió la biblioteca municipal, si esa misma que ahora
nuestros “inteligentes” políticos quieren grabar con algún que
otro impuesto dependiendo del número habitantes de la población y
del número de lectores que tenga la biblioteca, ya
que por si fuera poco (con lo poco que en la actualidad lee la gente)
“parió la abuela”.
Pues
bien decía que recuerdo el día que me apunte a la biblioteca,
¡libros gratis!, un inmenso universo por explorar, hoy en día, gran
parte de los jóvenes que van a la biblioteca acuden a estudiar, que
no esta mal, pero hay también una inmensa mayoría que acuden, no para leer, si no por que hay internet gratis, los veo hacer colas para utilizar
los ordenadores públicos y acceder a la red, mientras en los
anaqueles, los libros se cubren de polvo entre la indiferencia y el
olvido de la mayor parte de los usuarios.
Hay muchas tardes de invierno que suelo acudir a la biblioteca, a
eso, a leer, cargado con mi anticuado “Ebook”, me suelo sentar
rodeado de estudiantes, que con sus apuntes, libros de texto y
ordenadores portátiles realizan sus trabajos, mientras que otro
grupo de jóvenes y no tan jóvenes hacen cola para acceder a
internet.
A
veces levanto la mirada del dispositivo y observo lo
que la mayoría de la gente saca prestado de la biblioteca, que en
vez de ser libros, son contenidos audiovisuales, DVDs (películas) en
su mayoría y algún que otro CD de música. Yo cuando veo esto sonrío
al recordar con cierta nostalgia la época en la que acudía a la
biblioteca para leer algún titulo en particular y este por estar de
moda estaba casi siempre prestado, por ejemplo la novela “Caballo
de Troya” de J.J. Benitez, me costo más dos paseos hasta que la
pude sacar prestada para leerla.
En
fin escribo este articulo, no
como una critica, si no como una opinión personal, tal vez algo
trasnochada, sentado
en la terraza de un bar ayudado de un bolígrafo y de unas
servilletas de papel mientras escucho de fondo a Rupert hablar de
libros y literatura mientras
leo en mi viejo “Ebook” la novela “Nocturna” de Guillermo del
Toro y Chuck
Hogan.
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