sábado, 28 de enero de 2017

La Rueda de las Estrellas...


Hoy ando un poco melancólico y nostálgico, así que si me permiten les voy a hablar de mis inicios en esto de la radio.

La cosa ocurrió a principios de los años 80a resultas de cierta pareja de walkie-talkies que regalaron a un primo mio con motivo de su cumpleaños. Se trataba de una pareja de walkies de plástico de color plateado -de juguete- el chisme estaba coronado por un altavoz que a la vez cuando pulsabas PTT actuaba de micrófono. En la parte frontal inferior tenía instalado un botón que hacia las veces de rudimentario manipulador telegráfico y entre el altavoz y el pulsador el cacharro tenia serigrafiado el alfabeto con correspondencias en con el código morse. Disponía de una antena de varilla metálica extensible de las utilizadas en los receptores de radio de la FM comercial y el dispositivo en si estaba alimentado por una pila de nueve voltios, que no era nada barata en aquellos tiempos y que el cacharro consumía en menos que se “santigua un cura loco”.

Con gran entusiasmo mi primo y un servidor probamos aquellos cachivaches y lamentablemente comprobamos sus paupérrimas capacidades operativas ya que el radio de transmisión de estos objetos era inferior a 100 metros de distancia, amen de lo caro que salia experimentar con ellos debido a la rapidez con que se “machacaban” las baterías.

Pasada la primera fiebre, la pareja de walkies, pronto quedo relegada al olvido y allí se quedaron guardando polvo y muertos de risa en el fondo de un cajón.

Fue por aquel entonces que aquí en la Villa-Franca, los chicos de nuestra edad también nos jugábamos los cromos -santillos les decíamos aquí- jugando al juego de cartas de las siete y media, en una de aquellas tardes veraniegas el azar sonrió al abajo firmante y consiguió ganar sucesivos envites a mi primo, nada más y nada menos que unos 50 cromos -santillos- de la colección de Mazinger Z que por aquel entonces hacia furor entre la chavaleria. Mi primo muy compungido y casi al borde del llanto, al ver perder parte de su valiosa y cara colección y quizás también por la reprimenda que le daría su madre, me propuso saldar la deuda dándome en pago de los cromos perdidos uno de aquellos walkies, total que sin esperarlo me hice dueño de uno de aquellos cacharros.

Un año más tarde ingresaría en la escuela politécnica de una cercana localidad, al terminar la EGB, me matricule en la especialidad de electrónica. En una de las practicas de taller diseñe un puente rectificador de diodos para transformar -rectificar- la corriente alterna en corriente continua. Recuerdo que llegue un viernes a mi casa, ya que las tardes de ese día las tenia libre y estuve haciendo inventario de las piezas de electrónicas entre las que había, resistencias, condensadores, diodos algún que otro transistor que debía comprobar ya que los cabrones se rompían debido al calor, a la hora de desoldarlos de las placas impresas y así poder reciclarlos, el caso es que estaba aburrido y comencé a montar un puente rectificador de diodos sobre una tabla soldando los componentes encima de unos clavos al más puro estilo “Manhattan” le puse también condensador electrolito de gran capacidad para minimizar al máximo el rizado de corriente resultante. Aquello tenia una pinta realmente triste, pero en mi fuero interno me preguntaba si el cacharro en si funcionaria, el transformador que había instalado con una entrada de 220 voltios alternos, reciclado de una TV antigua daba una salida de 8,6 voltios continuos al final del circuito, no se por que pero mi vista se fijo entonces en el olvidado walkie, al pobre ya lo tenia con el circuito impreso al aire y estaba en la lista de recuperación de piezas de reciclaje a la espera de aplicarle soldador y extirpar una por una los componentes que pudiera recuperar. Total que alimente la placa y le añadí su altavoz original, al conectar pude escuchar el peculiar sonido de una radio de FM sintonizada en un canal vacío. La cosa “pitaba”, no se muy bien pero me empeñe en buscar la salida de antena del chisme y halle el espadín de salida, soldé un cable a modo de antena, la verdad es que no esperaba que ocurriera nada, en un principio nada ocurrió pero al ir a desconectar el engendro pude escuchar algo así como:

“Que si, Isidro que tienes razón, pero hoy me va a ser imposible ir hasta Campo de Criptana.”

Mire el chisme atónito, el zumbido de ruido blanco volvió a invadir el altavoz y el que estaba hablando con el tal Isidro, que por cierto yo no oía, volvió a transmitir, aquel fulano entraba en el dispositivo con la claridad de aquellas modernas emisoras locales de FM.

Desde entonces no había día en que no encendiera el cacharro para poder “pescar” a aquel fulano hablando con su amigo Isidro o según se refería en ocasiones con más de un operador a la vez, hasta que un día en que yo me encontraba intentando arreglar una radio de onda corta que me había regalado un amigo y que estaba averiada, el fulano aquel dio un dato esclarecedor para poder mejorar la escucha, resulta que aquellas charlas -QSO- se mantenían en el canal 22 de medios.

¿Que coño sería aquello? Un día en la cafetería del Instituto pregunte a mi profesor de Tecnología, sobre si sabia lo que era el canal 22 de medios.

-¿Canal 22 de medios?, ufff pues no se... Me contesto meditabundo, mientras sorbía el café y yo le apretaba otro bocado al “bocata” de magreta que me estaba “ventilando”.

-A no ser que…¡Coño! Haber si va a ser una transmisión en banda Ciudadana ¿con que calidad escuchas?
-Calidad FM, Don Francisco. Conteste yo.
-¿Y solo escuchas la mitad de la conversaciones? ¿Por que será?…
-Yo creo que por la antena, D. Francisco..
-Muy astuto mi querido amigo y compañero ¿y si te digo que esas personas utilizan la banda de once metros?..
-¿Un dipolo de un cuarto de onda?…
-Pues a ahí lo tienes, te recomiendo una V invertida para minimizar la polaridad de la transmisión.. y uno dos metros y medio por ramal, exterior por su puesto…Usa cable coaxial de 50 ohmios, pero si no tienes usa el de televisión de 75 ohmios, para la escucha puede resultar...
- El central en el espadín de salida de antena ¿Y la malla donde la conecto D. Francisco?….
-Donde va a ser criatura, en la masa del cacharro, en el negativo.

Con un viejo mástil de TV, un trozo de tabla de teflón con la que construí el aislador central y los aisladores de las puntas y unos metros de cable coaxial viejo de TV, construí mi primer dipolo para la banda de 11 metros. Soldé todo esto y espere ansioso el resultado, al principio nada, pero ya cuando estaba casi desanimado puede escuchar algo bajito pero totalmente legible.

-Metralla ¿me escuchas? ¡Atento Metralla!…
-Hola Isidro ¿Como va la cosa?…
-Pues por aquí andamos, ahora más tarde me ha dicho Samba que lo esperemos en esta frecuencia…


La antena “pitaba” de maravilla, pase horas escuchando a estos primeros radio-pitas de CB, que salían en FM en el canal 22 de medios en la frecuencia de 27225 khz, en un QSO que ellos llamaban “La Rueda de las Estrellas”. Con aque invento logre incluso hacer mi primer contacto “ilegal”, pero esto amigos es otra historia que prometo contarles en algún futuro post...

viernes, 27 de enero de 2017

Opinión: La Penitencia...


El otro día tuve un encuentro casual con un antiguo compañero y amigo de radio, Estación Kilo-Delta operador Juan. Hacia ya años -muchos- que no había coincidido con este hombre. Me saludo y tomamos un café, nos estuvimos preguntando por la vida, por nuestras familias, etc. Y como es natural entre los que nos han parido radio-pitas, salio el bendito tema de la radio.
-¿Y tu que equipos tienes ahora? Me preguntó.
-Pues lo de siempre, la TS570D con una antena G5RV y la TM231E con una “Slim Jim” de construcción casera en el tejado. ¿Y tu? Pregunte a la vez.
-Nada ahora tengo todo parado, vivo en un piso, ya sabes los problemas con las antenas o mejor dicho con la comunidad de vecinos, haber si un día pruebo algo discreto para VHF y le doy marcha a mi TM231E. Para HF también algo discreto y por su puesto “Made Home”. Ya sabes por el tema del gasto y la economía, ademas tengo que revisar la TS140S y quitar el polvo a los finales de la Linconl...Pero lo más crudo es hacer el trabajo de “tejado” sin llamar mucho la atención..
-¡Oye! ¿Tienes PC y acceso a Internet? Pregunte yo.
-Si, ¿por…?
-Por que ahora hay un par de servicios como son EchoLink y FNR, para el primero debes mandar un email con una copia de la licencia preferiblemente en formato .pdf, para salir en las salas, conferencias o QSOs -como quieras llamarlos- en el segundo lo único que hace falta es registrarte en el servicio y…
-¿Me estas hablando de informática? Pregunto Kilo-Delta.

Aclarar que a Juan, siempre le han “Chirriado” los temas informáticos.

-Claro, te estoy hablando con la posibilidad de hacer radio, sin tener que preocuparte por las antenas o mejor dicho por la comunidad de vecinos y…
-¿Y se pena…?
-¿Como que si se pena?. Pregunté.
-¡Joder! ¿Que si hay alguna dificultad a la hora de establecer contactos?
-¡No que va! Y encima la calidad del sonido es…
-¡Eso no es “hacer radio”! Sentenció Kilo-Delta.
-Otro que de la Cueva salé. Pensé yo…

Continuamos y rato debatiendo y al final del café nos despedimos, nos sin antes prometernos mutuamente seguir con el debate.

Ya solo en el coche, mientras conducía de vuelta a casa, pensé.

-¡Joder! Haber si ahora para “hacer radio”, nos vamos a tener que hacer “penitentes” como los de Semana Santa y penar y sufrir mucho a la hora de hacer contactos y DX, ya que si no, no estaremos “haciendo buena radio”…


Mira que estimo a mis amigos y compañeros de radio, pero es que a veces ...¡Joder que tropa!….

martes, 24 de enero de 2017

Opinión: Sobre Radioaficionados y Usuarios de Radio...

En esta afición nuestra que Dios nos da, siempre ha habido “técnicos” o “ingenieros de secano” que han intentado parcelar a los aficionados al tema este de la radio. A saber, siempre se ha dicho que existían Radioaficionados o como dirían los más “fisnos” Radio-Amateur y los Cebeistas o los usuarios de la banda ciudadana.

Decía un entrañable corresponsal de mis tiempos de CB, que antes los Radioaficionados formábamos parte de una élite, antes para ser operador de radio, se tomaba la cosa más en serio. Los exámenes para obtener el titulo de de operador de radio, sobre todo para las bandas de HF, ya saben para frecuencias inferiores a los 30 Mhz, se requería una serie de conocimientos de electricidad y electrónica, así como de legislación y capacidad operativa para manejar una estación, amén de la temida prueba para recibir y transmitir telegrafía -CW-.

Me hace gracia el QSO mantenido el otro día por dos estaciones a través del servicio de FNR, el perfil de estos fulanos era de los que ahora llaman “ninis” -ni estudio, ni trabajo-, donde uno le decía al otro:

-Pues “na” tío, tu te presentas al examen, haces la quiniela -tipo test- pagas las tasas y si hay suertecilla te dan las letras y ya puedes salir a través de los “repes” sin que te llamen la atención y sin que te toquen los cojones.

El QSO, seguía con una mezcla de improperios, insultos y simplezas que es mejor olvidar. De este “inteligente” comunicado deduzco un par de cosas, a saber:

1º Que estos fulanos, no se han planteado, ni se les a pasado por la cabeza, la más remota idea de estudiar y formarse para utilizar de una forma digna e inteligente nuestra afición.

2ª Que al fulano, o los fulanos en cuestión, ya se les había llamado la atención por parte de algún colega de radio por la ilegal utilización de repetidores de VHF o UHF. Ya que estos como decía el chiste: “habían comprado la gasolina, antes que el coche”.

Ante lo antes dicho, habrá quien piense que el abajo firmantes es de los que opinan que es radioaficionado solamente aquel que posee indicativo oficial. Desde esta tribuna declaro que el que piense eso de un servidor se equivoca, ya que mi sincera opinión es que tan radioaficionado es aquel que posee “letras” y experimenta y dignifica nuestra afición, como aquel que utilizando frecuencias libres, tanto en bandas de CB o PMR hacen lo antes descrito.

Existe en la plataforma de Ivoox un podcast titulado: ARMIC- Radioaficionados en el que se pueden destacar dos audios dedicados a las comunicaciones EME -rebote lunar- y Meteor Scatter, en estos programas se entrevista a EA3BB operador Pau Prat, este hombre comenta y explica de una forma magistral, los equipos necesarios y las técnicas de operación para llevar a cabo estas exóticas modalidades.

Ese señor para este humilde servidor si que es todo un RADIOAFICIONADO, como lo es todo aquel radioaficionado que utiliza las bandas de CB o PMR y experimenta con antenas, montaje de equipos o enlaces para ampliar el radio de alcance de sus transmisiones.

Como opino asimismo, que todo aquel que se dedica a “presumir” ante los amiguetes de lo caros y sofisticados que son sus equipos, tanto si lo hace en un “repe” o una canaleta de CB en los 40 principales. Los hay también que utilizan la radio para quedar de “merendola” con los amigos, repartir números para el bingo o aquellos que participan en lo que yo llamo “QSO patata caliente”, donde se van pasando el cambio unos a otros sin apenas decir nada. Aunque estas actividades -QSO patata caliente incluido- pueden ser lo todo respetables que usted quiera, no son actividades de autentico RADIOAFICIONADO si no más bien destinadas a lo que yo llamo USUARIOS DE RADIO, tengan las dichosas “letras” o no.


Pero claro, esto no es ni más ni menos que mi personalisima opinión y como ustedes saben, con la opinión pasa igual que con el culo, que cada cual tiene el suyo...

domingo, 22 de enero de 2017

Opinión: Es si que es un verdadero DX...

 A propósito de la austeridad en los equipos de aficionado, recuerdo con gran cariño, una anécdota que me contó un amigo y compañero de trabajo, licenciado en Física. Contaba este hombre que en los primeros años de la carrera espacial allá por los años 60, cuando el acoplamiento de las naves Géminis -americanas- y las Soyuz -soviéticas-, que los astronautas norteamericanos mostraron pomposamente a los soviéticos un bolígrafo especialmente diseñado para escribir en condiciones de gravedad cero. El bolígrafo en cuestión, todo un ejemplo de ingeniería espacial, había costado a NASA sus buenos “duros”. Cuentan las crónicas, o tal vez la propaganda soviética, vaya usted a saber, que los cosmonautas soviéticos se encogieron de hombros y les mostraron a los norteamericanos un simple lápiz de mina de grafito.

-Esto ser más efectivo, más seguro, más fiable y mucho más económico.


Cuento todo esto ya que ahora ando interesado en una cosa que se llamada Radioaficionados-DNS.

Esto de los Radio-Amateur-DNS, no es si no, un grupo de radioaficionados que se dedican a la escucha de transmisiones de radio, procedentes de las Sondas Espaciales de exploración de sistema solar.

Dentro de este grupo de elite sobresaldría el DX llevado a cabo por un colega portugués con indicativo CT1DMK, que ha conseguido escuchar la señal de la Voyager I desde una distancia de 14698 millones de kilómetros.

Hay que tener en cuenta que para escuchar a esta Sonda, NASA se vale de su red de espacio profundo -DNS-, que cuenta con tres estaciones principales una en los EE.UU, otra en Australia y otra en España, ubicada en la localidad de Robledo de Chavela. Para la escucha de la señal de Voyager I, NASA utiliza antenas de 70 metros de diámetro, escuchando en la frecuencia de 8,45 Ghz, estando además la antena perfectamente encarada al objetivo, en este caso la Voyager I. Pues bien Luis Cupido, que es como se llama CT1DMK, ha conseguido recibir la identificación de la Voyager I, utilizando para ello una antena con un diámetro de 5,6 metros y un receptor para escuchar en una ancho de banda que va desde los 8,40 a 8,45 Ghz, con una estabilidad en frecuencia del orden de un hercio, siendo ambos elementos de construcción casera.

Aclarar que con este montaje, Luis solamente a conseguido identificar la señal de portadora de la nave, ya que para recibir cualquier tipo de telemetría, la antena minima necesaria seria de un diámetro de 70 metros.

Ni que decir tiene que esta hazaña supone un gran logro para la radio afición, aunque cabe destacar que el amigo Luis Cupido, aparte de ser un gran radioaficionado, es la vez físico nuclear, por lo que con esos conocimientos, así cualquiera...


lunes, 16 de enero de 2017

Capítulo VIII: La red oculta

A la mañana siguiente nos permitimos dormir hasta algo más tarde. Tras desayunarnos compartiendo lo que llevábamos cada uno, partimos pasadas las once. Retrocedimos al vestíbulo por el que habíamos penetrado, que a la luz del día me pareció inmenso. Más que vestíbulo, era una sección sin construir de los pisos inferiores de la autopista. La luz entraba a raudales por las muchas ventanas. El suelo por el que pasamos la noche anterior resultó ser una pasarela lo bastante ancha como para que no pudiéramos apercibirnos de las barandillas a oscuras. Acercándose al borde se podía observar la parte interior del gran puzzle en que consistía la superficie externa, con sus cerchas y tirantes firmemente unidos al armazón interior. Este a su vez, como vértebra gigantesca de un animal mitológico, se sustentaba por medio de los pilares y sus ramificaciones. Desde donde estábamos sólo se podía ver la parte sur del mismo.

Si la noche anterior habíamos caminado longitudinalmente a la autopista, esta vez lo hicimos trasversalmente. Ascendimos por distintas pasarelas y escaleras, siempre siguiendo la curva interior que transcurría entre las líneas de pilares sur y norte, en cuya parte alta nos topamos con otro tabique que delimitaba una nueva sección compartimentada. No encontramos más controles de acceso en ninguna parte, claro que tampoco exploramos la zona exhaustivamente. El editor aparentaba conocer el camino, pero en ocasiones dudaba y andábamos en círculos. Hasta que al fin dimos con la manera de descender hasta el valle norte del entramado. Era difícil darse cuenta, porque todo ese lado estaba construido completamente y no se podía observar en su totalidad como en el caso del sur. No obstante, poco a poco, fuimos descendiendo hasta que dimos con una trampilla que parecía fuera de lugar en uno de los pasillos y luego de descender por ella nos descubrimos en un lugar harto inhóspito y cubierto del polvo de los siglos.

Montado a caballo sobre lo que era la parte más baja del valle norte, justo sobre el apogeo de los pilares, se descubría el ramal de una antigua red de transporte largamente olvidada. Estábamos en la parte más vieja de la gran autopista y aquello era lo que quedaba de un antiguo sistema de transporte propiedad de una vieja sociedad de comerciantes ya extinta. Tras siglos de abandono había sido reconvertido, a instancias del Vigésimo Sexto Gran Editor, en un sistema de transporte exclusivo para editores. Desplazarse por buena parte del mundo de forma rápida y anónima resultó de lo más práctico, además de cómodo, y rápidamente la red se fue ampliando con construcciones nuevas donde fue necesario y arreglando otras antiguas donde se las encontraba. El sueño del Vigésimo Sexto era crear una red global de transporte que facilitara la vida a editores de todas partes en un tiempo en el que todavía no existía un sistema de transporte global unificado. Estuvo a punto de conseguirlo, pero murió antes de verlo terminado, cuando apenas faltaban dos meses para cumplirse los veinte años de su reinado. Antes de que pudiera subir al trono su sucesor, el Vigésimo Séptimo, se promulgó una ley que obligaba a los editores a declarar su paso por las tierras a las que llegaban y atravesar las barreras como hacían los miembros de las otras castas. Poco después de aquello, los comerciantes de todo el mundo se pusieron de acuerdo para crear su Gran Sistema de Transporte Público, basado en el mismo principio de levitación magnética de la red de los editores, pero de dimensiones mucho mayores. Se tardó 50 años en un esfuerzo tremendo para terminar la nueva red, que curiosamente siguió el mismo trazado que la otra. En muchos tramos la nueva se tragó literalmente a la vieja, como era el caso de el ramal en el que nos encontrábamos.

Habían pasado cientos de años desde la última vez que una persona había estado en aquella vía, con la excepción de unos pocos como Roth, y sin embargo allí abajo parecía haber luz eléctrica. Las bocas de túnel permanecían a oscuras, pero entre ellas, en esa especie de andén de acceso al ramal, había una extraña claridad. Ante mi patente sorpresa, Roth me explicó que aquello no era electricidad. Se trataba de lámparas ópticas que recibían luz natural por medio de fibras que transmitían la luminosidad desde minúsculos poros en la superficie de la autopista. Ese fulgor era concentrado, reflejado y emitido por lámparas ubicadas en falsas claraboyas del techo. Quizá los ingenieros previsores, pensando en un posible uso futuro, las habrían dispuesto de esa forma. Salvo que esa posibilidad jamas ocurrió y la gente se olvidó de su existencia.

Roth había usado la red cuando había tenido la oportunidad, para evitar a los funestos servidores y sus dichosas barreras. Algunas veces había logrado hacer funcionar alguno de los vehículos originales que antaño usaran los editores y otras había recorrido los túneles a pie. La red era una aliada en momentos de necesidad, pero no podía utilizarse para recorrer largas distancias. En algunos tramos había cascotes en las vías producto de derrumbamientos. No era raro que un túnel otrora funcional terminara ahora abruptamente en una pared o en el vacío a muchos ken de altura. En general los muchos años de abandono, junto con desbordados planes de urbanismo habían dejado muchos trayectos en un estado lamentable. Durante su largo exilio, Roth había estado trabajado en un mapa para poder usar la red con seguridad, pero distaba mucho de estar completo. La revisión tenía que hacerse en su mayor parte a pie y a esa escala la tarea resultaba harto fatigosa pues la red era extensa. No obstante, había un puñado más de rebeldes editores exiliados que, como él mismo, llevaban años vagando por el ancho mundo e intentando crear un mapa similar. En esas escasas ocasiones en que, al cruzarse dos de ellos en los caminos, podían reunirse sin correr demasiados riesgos, estos valientes descastados intercambiaban información valiosa y con ella se iba avanzando en la labor. De todas formas a ese ritmo tardarían mucho tiempo en completar su obra. Quizá siglos. A pesar de entenderlo demasiado bien, ninguno se arredraba. Tal empeño en gentes supuestamente sin honor le hacía a uno preguntarse si el mundo no se había vuelto loco al rechazar a esos magníficos hombres.

miércoles, 11 de enero de 2017

Opinión: EL Veterano.

Mismamente, el otro día, mantenía yo un buen QSO a través del servicio FNR con Luis, antigua estación Antartida, ahora con indicativo CS1AB, sobre lo mal utilizados que han estado siempre los recursos al alcance de los radioaficionados.

Criticaba yo un QSO mantenido yo a través de Echolink, donde un colega me comentaba que se había comprado un moderno equipo DMR, no es que yo no este de acuerdo con el progreso ¿Pero para que gastarnos más “cuartos”? Si disponemos de una magnifica red de repetidores VHF y UHF infrautilizada, de transceptores de HF con alcance mundial, amén de los servicios Echolink y FNR, aunque ya se que para algunos la utilización de estos servicios no es hacer “radio”.

Yo admiro a los colegas que experimentan haciendo comunicados, por ejemplo, mediante Rebote Lunar EME, o utilizando las estelas o trazas de ionización de los meteoritos caídos a tierra “Meteor Scatter”, ya que buscan nuevas formas, por muy exóticas que parezcan, de propagación.

Siempre me ha resultado fastidioso -¡y ojo es mi opinión- que un fulano se gaste los “cuartos” en un flamante, sofisticado y caro equipo de radio y a la hora de la verdad, cuando este mismo fulano se encuentra en un QSO, no tenga nada que decir, si no es “fardar” delante de los demás colegas, de los caro que le ha salido el equipo que ahora esta utilizando.

Esto me hizo recordar una antigua anécdota que me ocurrió en mi juventud, recién sacado mi flamante indicativo EC4AMQ. Por aquel entonces, quede con un colega y amigo en Madrid, quedamos en el conocido Bar El Brillante, donde según los entendidos se hacen los mejores bocadillos de calamares de todo Madrid -aunque en eso mi esposa no este de acuerdo- . Quedamos para tomar un café y para enseñarme su nueva adquisición: una flamante Kenwood TS850S, transceptor que ya por aquel entonces era bastante caro e inalcanzable para mi “magra” economía.

Mi amigo se presento acompañado de otro colega de radio ya “sesentón”, con indicativo EA -nosotros aún teníamos prefijo EC- , tras las presentaciones de rigor, tomamos café y fuimos a la casa de mi colega. Allí quede maravillado, la TS850S me enamoro a primera vista, sus dígitos en un color azul y sus brillantes botones y diales. Recuerdo que mi amigo hizo un contacto en la banda de 15 metros -fonia- utilizando para ello una antena W3DZZ -dipolo choricero- acortada con bobinas, pues el “pobre” aunque tenia la gran suerte de disponer de una economía desahogada, vivía en un piso, y ya sabemos los “radio-pitas”, los problemas que hay con las antenas de HF y el espacio disponible para instalarlas. Recuerdo también, que aquel “sesentón” nos miraba complacido y con cierta sonrisilla pintada en la cara. Tras manosear un poco más la TS850S, aquel veterano nos propuso ir a su casa para ver su instalación.

-¿Este pollo, que equipo tiene?. Pregunte yo a mi amigo.
-No lo se, pero al parecer, según dicen en el radio-club, este tío tiene “tropecientos mil” países confirmados en CW.
-¡Oye! ¿Que equipo de radio tienes?. Pregunte yo al veterano.
-Ahora lo veréis. Contesto el mientras se encendía el quinto “Ducados”.

Tras dar cierto rodeo, por el intrincado y caótico tráfico madrileño, llegamos a un humilde bloque de pisos ubicado en uno de los barrios del centro de Madrid. Subimos por la escalera, hasta un quinto, ya que al parecer el ascensor estaba estropeado y una simpática señora -esposa del sesentón- nos abrio la puerta y nos ofreció tomar un café y unas pastitas -muy ricas- según afirmaba aquella señora.

Ya en el “cuarto de chispas” lo primero que me llamo la atención en aquella espartana habitación, era que encima de la mesa de trabajo, clavado a la pared, había un gran mapa mundi, sobre una lamina de corcho, repleto de banderitas de colores. Las rojas: contactos confirmados, las amarillas: a la espera de la ansiada QSL y las negras: contactos con mínimas o nulas esperanzas de confirmación -según nos explicaría más tarde el titular de la estación-. El caso es que banderitas rojas había “un saco” de ellas, aunque para ser más exactos de las otras de las también. Australia se veía plagada, en Nueva Zelanda también había varias e incluso en alguna de las islas que componen Oceanía, ¡Joder! Si en alguna de ellas era más grande la banderita en sí, que la islita donde estaba pinchada.

Pero la “juerga de sorpresas” no acabo ahí ¡que va!. Cuando un servidor bajo la vista y vio la “fabulosa” estación con la que aquel magnifico operador había obtenido tan sorprendentes resultados, casi me caigo de culo.

En la mesa únicamente se veían los siguientes equipos y periféricos -que dirían los más finos-, a saber: un transceptor de CB Super Jopix 1000, un “Tranverter” LB 3 para las bandas de 80-88, 40-45 y 20-23 metros con una potencia mínima en fonía de 15 vatios y en CW 7 vatios, aunque daba normalmente unos 20 vatios de trabajo -por lo que no se podía considerar QRP, se quejaba el veterano-, dos manipuladores telegráficos -uno vertical y otro “mbico”, un acoplador de antenas “home made” -fabricación casera- metido en una artesanal caja de chapa, con serigrafías hechas con cinta plástica con letras en colores, junto aun un medidor de SWR de agujas cruzadas y una fuente de alimentación -creo recordar- de la marca RM con 20 amperios de salida máxima.

¡Y pare usted de contar! Mi amigo, me miraba perplejo, él con su flamante TS850S, ni en sus mejores sueños no habría ni soñado efectuar esos contactos.

Claro está, el truco de todo aquel montaje estaba en el tejado ya que este hombre disponía de una antena directiva de tres elementos para las bandas de 20, 15 -aunque esta banda no la tenia- y 11-10 metros.

-Si os fijáis bien, debajo de la mesa. ¡Si ese cacharro! Que parece un mando de un termostato para subir y bajar la temperatura, no es si no una “brújula” de construcción casera para mover la orientación del rotor de la antena. Dicen los americanos, que de esto saben mucho, que si tienes diez pesetas debes gastarte nueve en la antena y una en el equipo. Explico este hombre.

Aparte de la “directiva” el simpático colega también disponía de un dipolo para la banda de 40 metros con una bobina de corte en las puntas para la banda de 80 metros y de una antena vertical 7/8 de onda de la marca Sirio -aquella que tenia una especie de aro- sin radiales para las bandas de 10 y 11 metros. “Pá” hablar con los coleguillas de banda ciudadana de la zona, en los QSO de por la noche. Aunque en 10 y 11 metros también se hacen buenos DXs con ella. Decía este hombre.

Pasamos toda la tarde viendo QSLs y escuchando las peripecias radiofónicas de este entrañable veterano. Pero saben lo más curioso, que durante ese rato, ni nos acordamos, ni mucho menos echamos de menos la presencia en aquella atípica estación de una TS850S.

Con esto quiero decir, que en mi opinión, no hace falta gastarse mucho dinero, ni tener el ultimo equipo de radio, para tener buenos QSO. Ya que para tener buenos QSOs lo único que es realmente imprescindible es tener un buen operador y contertulio al otro lado, ya que visto, lo visto, todo lo demás son tonterías y ganar de buscar tres pies al gato.