Mismamente, el otro día,
mantenía yo un buen QSO a través del servicio FNR con Luis, antigua
estación Antartida, ahora con indicativo CS1AB, sobre lo mal
utilizados que han estado siempre los recursos al alcance de los
radioaficionados.
Criticaba yo un QSO
mantenido yo a través de Echolink, donde un colega me comentaba que
se había comprado un moderno equipo DMR, no es que yo no este de
acuerdo con el progreso ¿Pero para que gastarnos más “cuartos”?
Si disponemos de una magnifica red de repetidores VHF y UHF
infrautilizada, de transceptores de HF con alcance mundial, amén de
los servicios Echolink y FNR, aunque ya se que para algunos la
utilización de estos servicios no es hacer “radio”.
Yo admiro a los colegas
que experimentan haciendo comunicados, por ejemplo, mediante Rebote
Lunar EME, o utilizando las estelas o trazas de ionización de los
meteoritos caídos a tierra “Meteor Scatter”, ya que buscan
nuevas formas, por muy exóticas que parezcan, de propagación.
Siempre me ha resultado
fastidioso -¡y ojo es mi opinión- que un fulano se gaste los
“cuartos” en un flamante, sofisticado y caro equipo de radio y a
la hora de la verdad, cuando este mismo fulano se encuentra en un
QSO, no tenga nada que decir, si no es “fardar” delante de los
demás colegas, de los caro que le ha salido el equipo que ahora esta
utilizando.
Esto me hizo recordar una
antigua anécdota que me ocurrió en mi juventud, recién sacado mi
flamante indicativo EC4AMQ. Por aquel entonces, quede con un colega y
amigo en Madrid, quedamos en el conocido Bar El Brillante, donde
según los entendidos se hacen los mejores bocadillos de calamares de
todo Madrid -aunque en eso mi esposa no este de acuerdo- . Quedamos
para tomar un café y para enseñarme su nueva adquisición: una
flamante Kenwood TS850S, transceptor que ya por aquel entonces era
bastante caro e inalcanzable para mi “magra” economía.
Mi amigo se presento
acompañado de otro colega de radio ya “sesentón”, con
indicativo EA -nosotros aún teníamos prefijo EC- , tras las
presentaciones de rigor, tomamos café y fuimos a la casa de mi
colega. Allí quede maravillado, la TS850S me enamoro a primera
vista, sus dígitos en un color azul y sus brillantes botones y
diales. Recuerdo que mi amigo hizo un contacto en la banda de 15
metros -fonia- utilizando para
ello una antena W3DZZ -dipolo choricero- acortada con bobinas, pues
el “pobre” aunque tenia la gran suerte de disponer de una
economía desahogada, vivía en un piso, y ya sabemos
los “radio-pitas”, los
problemas que hay con las antenas de HF y el espacio disponible para
instalarlas. Recuerdo
también, que aquel “sesentón” nos miraba complacido y con
cierta sonrisilla pintada en la cara. Tras manosear un poco más la
TS850S, aquel veterano nos propuso ir a su casa para ver su
instalación.
-¿Este
pollo, que equipo tiene?. Pregunte yo a mi amigo.
-No
lo se, pero al parecer, según dicen en el radio-club, este tío
tiene “tropecientos mil” países confirmados en CW.
-¡Oye!
¿Que equipo de radio tienes?. Pregunte yo al veterano.
-Ahora
lo veréis. Contesto el mientras
se encendía el quinto “Ducados”.
Tras
dar cierto rodeo, por el intrincado y caótico
tráfico madrileño, llegamos a un humilde bloque de pisos ubicado en
uno de los barrios del centro de Madrid. Subimos por la escalera,
hasta un quinto, ya que al parecer el ascensor estaba estropeado y
una simpática señora -esposa del sesentón- nos abrio la puerta y
nos ofreció tomar un café y unas pastitas -muy ricas- según
afirmaba aquella señora.
Ya
en el “cuarto de chispas” lo primero que me llamo la atención en
aquella espartana habitación, era que encima
de la mesa de trabajo, clavado a la pared, había un gran mapa mundi,
sobre una lamina de corcho, repleto de banderitas de colores. Las
rojas: contactos confirmados, las amarillas: a la espera de la
ansiada QSL y las negras: contactos con mínimas o nulas esperanzas
de confirmación -según nos explicaría más tarde el titular de la
estación-. El caso es que banderitas rojas había “un saco” de
ellas, aunque para ser más exactos de las otras de las también.
Australia se veía plagada, en Nueva Zelanda también había varias e
incluso en alguna de las islas que componen Oceanía, ¡Joder! Si en
alguna de ellas era más grande la banderita en sí, que la islita
donde estaba pinchada.
Pero
la “juerga de sorpresas” no acabo ahí ¡que
va!. Cuando un servidor bajo la vista y vio la “fabulosa”
estación con la que aquel magnifico operador había obtenido tan
sorprendentes resultados, casi me caigo de culo.
En
la mesa únicamente se veían los siguientes equipos y periféricos
-que dirían los más finos-, a saber: un transceptor de CB Super Jopix
1000, un “Tranverter” LB 3 para las bandas de 80-88, 40-45 y
20-23 metros con una potencia mínima en fonía de 15 vatios y en CW 7
vatios, aunque daba
normalmente unos 20 vatios de trabajo
-por lo que no se podía
considerar QRP, se quejaba el veterano-, dos manipuladores
telegráficos -uno vertical y otro “yámbico”,
un acoplador de antenas
“home made” -fabricación casera- metido en una artesanal caja de
chapa, con serigrafías hechas con cinta plástica con letras en
colores, junto aun un medidor de SWR de agujas cruzadas y
una fuente de alimentación
-creo recordar- de la marca RM con 20 amperios de salida máxima.
¡Y
pare usted de contar! Mi amigo, me miraba perplejo, él con su
flamante TS850S, ni en sus mejores sueños no habría ni soñado
efectuar esos contactos.
Claro
está, el truco de todo aquel montaje estaba en el tejado ya que
este hombre disponía de una antena directiva de tres elementos para
las bandas de 20, 15 -aunque esta banda no la tenia- y 11-10 metros.
-Si
os fijáis bien, debajo de la mesa. ¡Si ese cacharro! Que parece un
mando de un termostato para subir y bajar la temperatura, no es si no
una “brújula” de construcción casera para mover la orientación
del rotor de la antena. Dicen
los americanos, que de esto saben mucho, que si tienes diez pesetas
debes gastarte nueve en la antena y una en el equipo. Explico
este hombre.
Aparte
de la “directiva” el simpático colega también disponía de un
dipolo para la banda de 40 metros con una bobina de corte en las
puntas para la banda de 80 metros y de una antena vertical 7/8
de onda de la marca Sirio -aquella que tenia una especie de aro- sin
radiales para las bandas de 10 y 11 metros. “Pá” hablar con los
coleguillas de banda
ciudadana de la zona, en
los QSO de por la noche. Aunque
en 10 y 11 metros también se hacen buenos DXs con ella.
Decía este hombre.
Pasamos
toda la tarde viendo QSLs
y escuchando las peripecias radiofónicas de este entrañable
veterano. Pero saben lo más curioso, que durante ese rato, ni nos
acordamos, ni mucho menos echamos de menos la presencia en aquella
atípica estación de una TS850S.
Con
esto quiero decir, que en mi opinión, no hace falta gastarse mucho
dinero, ni tener el ultimo equipo de radio, para tener buenos QSO.
Ya que para tener buenos QSOs lo único que es realmente
imprescindible es tener un buen operador y contertulio al otro lado,
ya que visto, lo visto, todo lo demás son tonterías y ganar de
buscar tres pies al gato.
Esto es absolutamente real y cierto, para disfrutar de la radio hacen falta personas, ganas y no equipos. A los que tienen un flamante equipo, deberían mirar el tejado y ver si lo que hay arriba compensa lo que tienen en casa.
ResponderEliminarUn saludo.