Hoy ando un poco
melancólico y nostálgico, así que si me permiten les voy a hablar
de mis inicios en esto de la radio.
La
cosa ocurrió a principios de los años 80a resultas de
cierta pareja de walkie-talkies que regalaron a un primo mio con
motivo de su cumpleaños. Se trataba de una pareja de walkies de
plástico de color plateado -de juguete- el chisme estaba coronado
por un altavoz que a la vez cuando pulsabas PTT actuaba de micrófono.
En la parte frontal inferior tenía instalado un botón que hacia las
veces de rudimentario manipulador telegráfico y entre el altavoz y
el pulsador el cacharro tenia serigrafiado el alfabeto con
correspondencias en con el código morse. Disponía de una antena de
varilla metálica extensible de las utilizadas en los receptores de
radio de la FM comercial y el dispositivo en si estaba alimentado por
una pila de nueve voltios, que no era nada barata en aquellos tiempos
y que el cacharro consumía en menos que se “santigua un cura
loco”.
Con
gran entusiasmo mi primo y un servidor probamos aquellos cachivaches
y lamentablemente comprobamos sus paupérrimas capacidades operativas
ya que el radio de transmisión de estos objetos era inferior a 100
metros de distancia, amen de lo caro que salia experimentar con
ellos debido a la rapidez con que se “machacaban” las baterías.
Pasada
la primera fiebre, la pareja de walkies, pronto quedo relegada al
olvido y allí se quedaron guardando polvo y muertos de risa en el
fondo de un cajón.
Fue
por aquel entonces que aquí en la Villa-Franca, los chicos de
nuestra edad también nos jugábamos los cromos -santillos les
decíamos aquí- jugando al juego de cartas de las siete y media, en
una de aquellas tardes veraniegas el azar sonrió al abajo firmante y
consiguió ganar sucesivos envites a mi primo, nada más y nada menos
que unos 50 cromos -santillos- de la colección de Mazinger Z que por
aquel entonces hacia furor entre la chavaleria. Mi primo muy
compungido y casi al borde del llanto, al ver perder parte de su
valiosa y cara colección y quizás también por la reprimenda que le
daría su madre, me propuso saldar la deuda dándome en pago de los
cromos perdidos uno de aquellos walkies, total que sin esperarlo me
hice dueño de uno de aquellos cacharros.
Un
año más tarde ingresaría en la escuela politécnica de una cercana
localidad, al terminar la EGB, me matricule en la especialidad de
electrónica. En una de las practicas de taller diseñe un puente
rectificador de diodos para transformar -rectificar- la corriente
alterna en corriente continua. Recuerdo que llegue un viernes a mi
casa, ya que las tardes de ese día las tenia libre y estuve haciendo
inventario de las piezas de electrónicas entre las que había,
resistencias, condensadores, diodos algún que otro transistor que
debía comprobar ya que los cabrones se rompían debido al calor, a
la hora de desoldarlos de las placas impresas y así poder
reciclarlos, el caso es que estaba aburrido y comencé a montar un
puente rectificador de diodos sobre una tabla soldando los
componentes encima de unos clavos al más puro estilo “Manhattan”
le puse también condensador electrolito de gran capacidad para
minimizar al máximo el rizado de corriente resultante. Aquello tenia
una pinta realmente triste, pero en mi fuero interno me preguntaba si
el cacharro en si funcionaria, el transformador que había instalado
con una entrada de 220 voltios alternos, reciclado de una TV antigua
daba una salida de 8,6 voltios continuos al final del circuito, no se
por que pero mi vista se fijo entonces en el olvidado walkie, al
pobre ya lo tenia con el circuito impreso al aire y estaba en la
lista de recuperación de piezas de reciclaje a la espera de
aplicarle soldador y extirpar una por una los componentes que pudiera
recuperar. Total que alimente la placa y le añadí su altavoz
original, al conectar pude escuchar el peculiar sonido de una radio
de FM sintonizada en un canal vacío. La cosa “pitaba”, no se muy
bien pero me empeñe en buscar la salida de antena del chisme y halle
el espadín de salida, soldé un cable a modo de antena, la verdad
es que no esperaba que ocurriera nada, en un principio nada ocurrió
pero al ir a desconectar el engendro pude escuchar algo así como:
“Que
si, Isidro que tienes razón, pero hoy me va a ser imposible ir hasta
Campo de Criptana.”
Mire
el chisme atónito, el zumbido de ruido blanco volvió a invadir el
altavoz y el que estaba hablando con el tal Isidro, que por cierto
yo no oía, volvió a transmitir, aquel fulano entraba en el
dispositivo con la claridad de aquellas modernas emisoras locales de
FM.
Desde
entonces no había día en que no encendiera el cacharro para poder
“pescar” a aquel fulano hablando con su amigo Isidro o según se
refería en ocasiones con más de un operador a la vez, hasta que un
día en que yo me encontraba intentando arreglar una radio de onda
corta que me había regalado un amigo y que estaba averiada, el
fulano aquel dio un dato esclarecedor para poder mejorar la escucha,
resulta que aquellas charlas -QSO- se mantenían en el canal 22 de
medios.
¿Que
coño sería aquello? Un día en la cafetería del Instituto pregunte
a mi profesor de Tecnología, sobre si sabia lo que era el canal 22
de medios.
-¿Canal
22 de medios?, ufff pues no se... Me contesto meditabundo, mientras
sorbía el café y yo le apretaba otro bocado al “bocata” de
magreta que me estaba “ventilando”.
-A
no ser que…¡Coño! Haber si va a ser una transmisión en banda
Ciudadana ¿con que calidad escuchas?
-Calidad
FM, Don Francisco. Conteste yo.
-¿Y
solo escuchas la mitad de la conversaciones? ¿Por que será?…
-Yo
creo que por la antena, D. Francisco..
-Muy
astuto mi querido amigo y compañero ¿y si te digo que esas personas
utilizan la banda de once metros?..
-¿Un
dipolo de un cuarto de onda?…
-Pues
a ahí lo tienes, te recomiendo una V invertida para minimizar la
polaridad de la transmisión.. y uno dos metros y medio por ramal,
exterior por su puesto…Usa cable coaxial de 50 ohmios, pero si no
tienes usa el de televisión de 75 ohmios, para la escucha puede
resultar...
- El
central en el espadín de salida de antena ¿Y la malla donde la
conecto D. Francisco?….
-Donde
va a ser criatura, en la masa del cacharro, en el negativo.
Con
un viejo mástil de TV, un trozo de tabla de teflón con la que
construí el aislador central y los aisladores de las puntas y unos
metros de cable coaxial viejo de TV, construí mi primer dipolo para
la banda de 11 metros. Soldé todo esto y espere ansioso el
resultado, al principio nada, pero ya cuando estaba casi desanimado
puede escuchar algo bajito pero totalmente legible.
-Metralla
¿me escuchas? ¡Atento Metralla!…
-Hola
Isidro ¿Como va la cosa?…
-Pues
por aquí andamos, ahora más tarde me ha dicho Samba que lo
esperemos en esta frecuencia…
La
antena “pitaba” de maravilla, pase horas escuchando a estos
primeros radio-pitas de CB, que salían en FM en el canal 22 de
medios en la frecuencia de 27225 khz, en un QSO que ellos llamaban
“La Rueda de las Estrellas”. Con aque invento logre incluso hacer
mi primer contacto “ilegal”, pero esto amigos es otra historia
que prometo contarles en algún futuro post...
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