Siempre he sido
entusiasta de los receptores de radio analógicos, siempre me han
gustado sus inmensos diales de compuestos por una barra metálica
movida a través de sedal, sus numerosos potenciómetros y
conmutadores.
Todavía recuerdo cuando
con 17 años de edad, cumpliendo el servicio militar en la ciudad de
Toledo, vi en un bazar de electrónica un pequeño receptor de radio
multibanda, tenia numerosas bandas de onda corta y la banda de FM
comercial, entre en la tienda y pregunte al dependiente por el precio
del transistor, pues en aquella época, más o menos el año 1987, a
los receptores de radio todavía se les llamaba transistores. El
dependiente al ver mi paupérrimo corte de pelo, me dirigió una
sonrisa burlona para a continuación informarme que el aparetejo
en cuestión valía 25000 pesetas que al cambio actual vienen a ser
150 pavos.
-¡Joder! Exclame yo
-Es que la radio aparte
de este montón de bandas además tiene integrado un circuito BSO, un
oscilador de batido de la señal.
-¿Y eso pa que
sirve?
-¡Chaval! Exclamo el
dependiente. Eso sirve para recibir CW y escuchar Bandas laterales en
los segmentos de frecuencia asignados al servicio de
radioaficionados.
Ni que decir tiene que en
el año 1987, el abajo firmante carecía de las 25000 pesetas para
adquirir el cacharro. Picado por la curiosidad de camino a
casa tropecé con un kiosco de prensa y compre una revista llamada
“Radio Club” por la que me soplaron ¡350 pesetas!. Es
caro el vicio este de la radio. La revista era de producción
española y argentina, allí había fulanos que firmaban los
artículos con exóticos seudónimos EA3XXX, LU2XXX, etc...
Más
tarde me enteraría que aquella curiosa y
cara revista que hablaba de
antenas y montajes electrónicos, era escrita por
radioaficionados y dirigida a
radioaficionados y lo que yo
creía exóticos seudónimos, no eran ni más ni menos que sus
indicativos de llamada. Con el paso de los años, con más edad, más
conocimientos y más pasta, yo llegue
también a tener mi propio seudónimo exótico.
Fue
una fría noche de del mes de enero del año 2005, cuando tomando un
café con amigo mio que de joven había pertenecido en la
clandestinidad al Partido Comunista Revolucionario, me informo que
tenia en su casa un viejo receptor de comunicaciones analógico a
transistores que ya no utilizaba, el receptor aparte de tener
recepción en toda la banda de HF en AM, FM, CW y SSB, dial
analógico y digital, tenia
además recepción en segmentos de banda de VHF y UHF.
No
sería hasta más o menos un mes después de aquello cuando compre el
chisme a mi amigo por la módica cantidad de 50 Euros, cuando
me lo trajo aparte de las características reseñadas, traía un
curioso adorno, ya que pegada a la rejilla del altavoz el receptor
lucia la divisa de la prenda de cabeza de un oficial de la antigua
URSS.
-¿Y
eso? Pregunte yo indicando la divisa.
-Eso
es un regalo que me hizo un amigo mio, Teniente del ejercito rojo de
la URSS, descendiente de exiliados españoles, para que cuando
escuchara el parte
de noticias de Radio Moscu Internacional, me acordara de él.
Con
el cierre de las numerosas emisoras de broadcasting en la onda corta y el insoportable QRM en las bandas radioaficionado
solamente he utilizado el receptor para la escucha de la banda
comercial de FM como si de una vulgar radio de bolsillo se tratara,
pero aún así este aparato supone para mi una rara pieza de
colección, por sus características técnicas, sus prestaciones y su
curiosa historia.
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