sábado, 20 de enero de 2018

El Segundo Concilio (LV - III)

L0pthR tecleaba nervioso en su Portátil Avatar S-743 marca 72. Nunca utilizaba el mismo ordenador dos veces para operaciones comprometidas, por lo que se había convertido a la fuerza en un coleccionista compulsivo de PCs. De ahí su necesidad de catalogarlos y registrar por escrito cada uso de los mismos. Desde luego, esos ordenadores no los había comprado él. Eran más bien fruto de un uso compulsivo de su buena disposición para el hurto disimulado. Aunque en épocas de necesidad solía recurrir a un grupo organizado de ladrones que siempre le habían servido bien. Con ellos tenía una especie de acuerdo por el que sólo pagaba una especie de alquiler por cada ordenador que se llevaba. Ya que una vez «usados» no los volvería a necesitar, se los devolvía a los ladrones que sacaban así un dinero extra. La parte más ventajosa del acuerdo era que también les cedía todo el fruto de lo hurtado toda vez que había cumplido su función. No es extraño que los ladrones le tuvieran en alta estima.



L0pthR no tocaba nunca nada del disco duro de los ordenadores. Ni siquiera lo montaba, ni dejaba huellas de ningún tipo. Cuando llegaba el momento de utilizar un OA (Ordenador Avatar), introducía en él su pendrive maestro y lo arrancaba con su copia de Kali Linux personalizada. Se conectaba siempre a la Red con proxychains, utilizando algunos servidores proxy anónimos de su cosecha y TOR, todo ello encadenado variando el orden de las conexiones aleatoriamente. Si necesitaba guardar datos, lo hacía a través de ORCHESTRA, su sistema de red local, y de ahí a repositorios remotos cifrados. No era aconsejable tener en su casa más de unos cuantos de los OA. Aún estos permanecían ocultos en un escondite secreto, por si recibía alguna cortés visita de la Guardia Civil. El resto, decenas o cientos, estaban depositados en varios guardamuebles alquilados para ese propósito.



LopthR siempre había sido muy celoso de su seguridad y anonimato, pero no todas esas medidas de precaución salían de él. Llevaba unos meses trabajando en exclusiva para un misterioso cliente, cuya identidad desconocía, y que había exigido extremar las medidas de seguridad costara lo que costase. El cliente se hacía llamar Morgoth y nunca se habían visto en persona. De hecho, sólo se comunicaban mediante un servidor IRC de la red de la cebolla. L0pthR no tenía ni idea de cómo le había encontrado el tal Morgoth. Un día recibió una carta de correo tradicional, sin remite ni matasellos, con instrucciones para el denominado Concilio Cero. Desde aquel primero, sólo se había producido otro más. Es decir, dos contactos en total. Habían transcurrido meses desde que fuera contratado y se le encomendara la labor que estaba llevando a cabo con el mayor de los secretos. Esa noche estaba a punto de tener lugar el tercer contacto y L0pthR estaba bastante nervioso. ¿Qué querría ahora Morgoth? Ya era casi la hora convenida.



Para concertar los «concilios», le obligaban a leer todos los domingos los anuncios por palabras. Y si se daba el caso de que la semana siguiente iba a haber concilio, publicaban un anuncio muy característico, que tenía el siguiente formato: «La prima <nombre> <acción> a las <hora>». Cuándo el nombre de la chica empezaba por L, es que la reunión sería el lunes, si era por M el martes, X el miércoles, etc. Y la hora indicada era la hora en que iba a tener lugar el concilio. Pero a partir de la primera reunión, para aumentar la seguridad, le exigieron que tuviera en cuenta otro dato. Si el nombre de la chica terminaba en vocal, a la hora había que sumarle 2 y si era consonante había que restarle 3. En cambio, la acción variaba para despistar pero no afectaba los cálculos. Los anuncios quedaban de esta manera muy cucos. Por ejemplo: «La prima Margot la chupa a las 3». Eso significaba que la reunión era el martes siguiente a las 00:00 horas. Que era «La prima Xavita folla a las 20», el miércoles a las 22:00 horas. «La prima Verónica se toca a las 21», el viernes a las 23, etc, etc. Por muy bonito que quedara el anuncio, a L0pthR le parecía injusto tener que invertir la mañana de cada domingo en esa monótona tarea. Lo detestaba. Pero la paga era buena y no podía quejarse. 

Lo que sigue es a groso modo (con notas entre paréntesis) la transcripción de la charla que aconteció en un canal oculto de la red Freenode. L0pthR tenía instrucciones tajantes de conectarse por medio de TOR y usar SASL siempre. La dirección de la red de la cebolla era esta:


irc://p4fsi4ockecnea7l.onion



Sauron: ¿Hay alguien ahí?



(Sauron era el nick que su cliente Morgoth había registrado para él con una contraseña que le aseguraba de alguna forma que el que hablaba era L0pthR. Esta pregunta, de si hay alguien, se debe a que el canal está configurado para que los operadores no aparezcan en la lista de usuarios conectados, por lo que el único nick o pseudónimo que aparecía era el suyo propio: Sauron).



Sauron: ¿Señor? ¿Está ahí?



Morgoth: Aquí estoy. Tenga la amabilidad de esperar un minuto mientras compruebo unas cosas.



(Lo que Morgoth comprueba es si el canal permanece inalterado y seguro).



Morgoth: Bien. WitchKing aún no ha llegado, pero empezaremos sin él. Doy por iniciado el segundo concilio.

Sauron: Como no sé de qué se trata esta... reunión, dejaré que usted empiece, señor Morgoth.

Morgoth: Es importante llamar las cosas por su nombre. Una reunión es otra cosa. Esto es un concilio. Pero no se preocupe. Lo ha hecho bien, Sauron. El gusano ha invadido buena parte de Madrid. Sevilla y Córdoba están en su poder absoluto. En Barcelona acaba de empezar y su propagación por la Diagonal es imparable. El resto de España y después Europa estará pronto en nuestras manos. El troyano funciona tal como le pedimos. Los códigos polimórficos hacen que cualquier entendido que se tope con este poderoso malware no lo relacione con otras copias del mismo. En verdad funciona muy bien.

Sauron: Gracias señor. He hecho mi mejor esfuerzo. Sabía que quedaría complacido.

Morgoth: Pasemos al siguiente detalle. La consola remota. La consola remota ha sobrepasado nuestras expectativas. Con ella podemos controlar un único ordenador infectado, un grupo o a todos juntos. Nos permite movernos por provincias, por regiones, y por cualquier otro criterio en el que pueda uno pensar. Nuestro hombre ha confirmado que supera ampliamente lo que ya se intuía en las especificaciones.

Sauron: Naturalmente señor. Mi larga... experiencia me dictó que se necesitarían algunas funciones más y he acertado. No es sorprendente que este haya sido el resultado.

Rey Brujo del mar: Ya estoy aquí señores.

Sauron: Hola

Morgoth: ... Pero hombre de Dios, le dije que utilizase la cuenta que le creé. Que si no recuerdo mal era Witch-King of Angmar... ¿Por qué no lo ha hecho? ¡Y peor aún! ¡No ha entrado por la red de la cebolla TOR! ¿No se da cuenta de que así nos pone en peligro a todos? Salga ahora mismo y vuelva a entrar con su cuenta auténtica. Siga las instrucciones que le proporcioné al pie de la letra.

Rey Brujo del mar: Disculpe hombre. Sabía que era algo del mar, pero no me acordaba del nombre y encima esto del TOR no se pone en marcha.

Morgoth: ¡Del mar no! ¡De Angmar!

Rey Brujo del mar: Bueno, bueno. No se ponga así que no es bueno para su tensión.

Morgoth: ¡¡¡¡Sal de una vez mentecato!!!!

Sauron: Si es por mi no se preocupen. A mi me da igual. Total, nunca fui muy aficionado a Tolkien.

Morgoth: Vayamos al tema. Que me estoy poniendo de mala leche.



(Silencio prolongado)



Morgoth: Pues como iba diciendo...

Witch-king of Angmar: Ya estoy jefe

Morgoth: GRRRUMPLFX!!!!

Morgoth: /mode #canal-secreto -v «Witch-king of Angmar»



(Eso del /mode normalmente no sale en el canal, pero es para referir lo que teclea Morgoth, y que tiene como consecuencia quitar la voz a su compañero, para que no pueda volver a interrumpirle).



Morgoth: Como iba a decir, todo está resultando muy bien, salvo por un detalle.

Sauron: Hombre, no iba a ser perfecto del todo. Hasta los maestros cometen errores...

Morgoth: ¡Pero qué error ni qué niño muerto! ¡Le advertí de que no podía firmar con ese ridículo nombre ni introducir cualquier cadena tipo firma que se pudiese repetir en los binarios. ¿No se lo dije?

Sauron: Sí. Y así lo hice. No firmé.

Morgoth: ¿Ah no? ¡¡¡Gorrino inútil!!! ¡¡¡Maldito puercoespín orgulloso!!! ¡¡¡Tuvo que poner ese jodido moco verde en todas las copias!!! ¡¡¡Y no se conformó con menos que ponerlo bien visible en la pantalla!!!

Sauron: ¡Sin faltar oiga! ¡No es un moco verde sino una llama verde! ¿Es que está usted ciego?

Morgoth: ¡Me da igual! ¡Un moco o una llama lo mismo da! ¡Es algo que se ve y que ayuda a reconocer el virus! Eso es algo de lo que le advertí muy seriamente conociendo sus obras pasadas, todas con esa ridícula firma de Lopr o como sea. ¿Es que no se da cuenta de lo que ha hecho? ¡Con este error ha comprometido toda la operación!

Sauron: Mire, usted me dijo que no podía firmar mi obra y una costumbre así no se puede abandonar a la ligera. ¿Qué daño puede hacer una llamita de nada! ¡Pero si la puse en un lugar estratégico para que pasara desapercibida!

Morgoth: ¡¿Desapercibida?! Y dice que ha pasado desapercibida. ¡¡¡Yo lo mato!!!



(En ese momento en la casa del hombre que se hace llamar Morgoth suena el teléfono. Lo coge y escucha:
—Oiga, soy yo, que no puedo hablar en el chat este. ¿Dice que lo mate? Pues tendrá que darme su dirección. Esa que tanto se ha empeñado en ocultarme... a pesar de los años que hace desde que nos conocemos.
—¡Calle ya!— cortó Morgoth. —Y no haga nada. Ya hemos quitado del medio a bastantes vidas en esta operación. Esperemos que no tenga que volver a hacerlo— y con esas palabras colgó el auricular).



(Mientras tanto en el chat)



Sauron: ¡Oigan! Se han cayado de repente y no me han dado instrucciones. ¿Oigan?



Morgoth: Ya estoy de vuelta. Tuve una llamada inoportuna. Dígame una cosa. ¿Sería posible actualizar de forma remota el malware para que dejara de aparecer la llama esa?

Sauron: Déjeme pensar...

Sauron: Habría que reescribir el núcleo, modificar los anclajes de las llamadas al sistema...

Morgoth: ¡Guárdese los detalles para usted y vaya al grano! ¿Se puede o no?

Sauron: Cr- Creo que sí. Es decir. Sí señor.

Morgoth: Muy bien. Hágalo cuanto antes. Y no me obligue a contactar con usted otra vez. En cada nuevo concilio el peligro es mayor.

Sauron: Como usted diga, señor.

Morgoth: Bien. Puesto que ambos tenemos trabajo que hacer, doy por concluido el Segundo Concilio.



(Morgoth ya no volvió y Sauron, es decir, L0pthR; se quedó solo con sus pensamientos.)



Witch-king of Angmar: ¿Jefe?

Sauron: Se ha ido.

Witch-king of Angmar: ¿Ah sí? ¡Pues haga lo que le dicen o tendré que hacerle una visita en... su casa!

Sauron: Claro... sí. No venga. Lo haré... ¡todo ello! De todas formas vivo muy lejos del mar. Sería un viaje muy largo para usted. Un viaje que me gustaría ahorrarle. Sinceramente. No se preocupe.

Witch-king of Angmar: ¿Eh? Mmmm. Será mejor que se ponga a ello ahora mismo.

Sauron: Sí. Adiós.



Y así terminó la reunión. L0pthR se quedó pensando cómo iba a decirle a Morgoth que la llama formaba parte del núcleo del programa y que esa parte precisamente no podía actualizarse remotamente. Había intentado decírselo, pero con ese genio que gastaba el tal Morgoth, no había encontrado el modo de hacerlo. ¿Qué más daría una pequeña llama verde de nada? ¡Si era precisamente la llama verde, la parte del malware de la que más orgulloso se sentía! Le había quedado tan misteriosa... Siempre había soñado con ser reconocido en todo el mundo por un discreto logo que al salir en la pantalla hiciera temblar a todos. Quizá, lo mejor sería adelantar el viaje que había estado planeando. Sí. No había otra. Pero dejarles así, con la tostá, parecía arriesgado. No sabía si tendría el valor necesario para marcharse. Además, esos dos parecían personas con recursos. ¿Y si le encontraban? Después de todo ya le había encontrado una vez. Hizo de tripas corazón y se puso a investigar en el código con un mohín de desgana, a ver si por un casual encontraba una solución.






2 comentarios:

  1. ¡Un relato genial! Espero con ansia saber cómo continúa.

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  2. Gracias! :) No olvides de buscar en la lista de arriba a la derecha "Llama verde" y leer si te apetece los otros dos relatos que tiene esa serie. Un saludo

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