Ayer
mismo recibí la llamada telefónica de una empresa de encuestas,
esta misma empresa me viene haciendo más o menos una encuesta al
mes, a lo cual yo me presto de una manera voluntaria y gustosa, ya
que dedicar unos diez minutos al mes de mi tiempo es una estadística
algo despreciable, si con esto puedo ayudar a otra persona
(entrevistador/a) a llevar a cabo su trabajo.
Las
entrevistas versan siempre sobre medios de comunicación, ya sea TV,
prensa o radio. La de ayer trato sobre los programas de radio que yo
escuchaba en una franja del día concreta (06:00 a 12:00 horas de la
mañana), la entrevista se desarrollaba con normalidad hasta que caí
en la cuenta, que si bien escucho radio a esa hora de la mañana, los
programas que escucho ni eran conocidos por la entrevistadora, ni
pertenecían a esa franja horaria.
Al
darme cuenta de esto informe honestamente, que era cierto que
escuchaba programas de radio, pero lo que no era cierto es que yo
escuchara la radio. Al decirle esto a mi simpática entrevistadora,
me pregunto como era posible tal cosa, a lo que conteste que ya
hacia algún tiempo que había abandonado mi viejo y sano habito de
escuchar la radio (no los programas de radio), ahora la información
no la recibía por mis entrañables bandas de AM y FM, ahora la radio
la recibía a través de frecuencias del orden de 2,4 Gigahercios,
por medio de la señal WI-FI (Güay-Fay) del mi punto de acceso a
Internet.
Le
hable entonces de la nueva radio en la que no importa el tiempo, ni
el espacio, programas de radio ofrecidos por plataformas como Ivoox
o Spreaker, en los que programas profesionales compiten con otros
“amateur” realizados por los modernos podcasters, en unas
condiciones de igualdad en cuanto a difusión inimaginables hace
apenas una década.
Cuando
colgué el teléfono terminada la entrevista, algo pensativo conecte
la Nexus 7 y me puse a escuchar uno de los últimos audios del
Austero Geek, en el que el autor hace una curiosa reflexión, que
muchos tacharan de “perogrullo”. Este autor se preguntaba el por
que los dispositivos de baja gama estaban equipados con un humilde,
pero efectivo receptor de radio en la banda de FM, mientras que los
dispositivos de gama alta carecían de ese mismo receptor, o por lo
menos carecían del software que lo hiciera funcionar en el caso de
que viniera integrado dentro del dispositivo, si analizan este
pensamiento detenidamente “la cosa tiene su aquel”.
Sera
esto debido a que alguien, algún genio de la finanzas haya pensado:
Si el fulano en cuestión tiene dinero para gastarse
700 u 800 Euros en un cacharro de alta gama, también tendrá dinero
para gastar sus preciosos y nada baratos datos escuchando programas de su radio
local en “streaming” cuando se halle fuera de la cobertura
WI-FI.
Y es que visto lo visto llego a la conclusión que aparte
de un invento del pasado, la radio es cosa de pobres.
Por
cierto tengo que proponer a mi amigo Julio Mhyst para que
hable o escriba sobre que es y para que sirve un NAS, ya que después
de escuchar a MacKFrancis hablando de un cacharro denominado
Zsun WIFI (Güay Fay) USB, sospecho que no sabe lo que
es un NAS, ni mucho menos sabe para lo que sirve.
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