miércoles, 13 de noviembre de 2013

De los pasos del Tío Nieves

Segunda parte de escrito de Domingo Camuñas ·El Tío Cazuela" de la serie "Aconteceres de la Chela".

El Relato:
Llevándole los pasos a pie de la portá del mesón, el tío Nieves bajó de la mula y la ató en una de las ventanas de hierro de la fachada. Eufrasieja, moza que ayudaba en algunas tareas a La Chela
salió al encuentro al verle llegar para preguntarle.
-Buenas tenga tío Nieves, Chela no me ha dicho nada de esquilar ninguna mula de los viajeros, pero si quiere usted verla allá dentro está por el corral viendo si las gallinas siguen poniendo huevos. Con que lléguese usted.
-No es nada, Eufrasieja, venia con un recao del nieto de la tía Filomena, que en la huerta queda regando los tablares, para tu ama. Y si no es mucho molestar, ya de paso, por la cocina me echas
un vino, de los que tenéis refrescando en el pozo, que a la vuelta de la encomienda tomaré antes de salir.
-Si, tío Nieves, que ya sabe usted que es bien recibido en este sitio.
Cruzó el patio y los pasillos con techo de tirantes, por el comedor, el patio de atrás hasta uno de los corrales que daban a la parte de atrás del mesón.
-¡Cheleja,¿ por dónde te andas?!, llamó el tío Nieves pasando al corral.
-¿Quién llama?..Ah, es usted , pase mientras miro si estas pollejas nuevas dan ya algo. Que no se yo, que estos gallos que tengo para mí que no se prestan ni a cantar a las madrugás, contranimás dase a las gallinas.
-En casa también tenemos, pero no sé yo de esas cuentas, que de ello se encarga la mayorala y no tiene que ir muy mal cuando casi todos los días me pone tortilla de patatas al almuerzo.
-Ay, qué buena mujer fueron a dar sus ojos en ella. Y de cuantos apuros me saca si no hay huevos en la cueva.
-A lo que haga falta en necesidad doncella, y si, a Dios gracias, mi mujer es buena. Llégate a casa cuando en preciso hubieras, que en ayuda común vos y nos salimos ganando si nos ayudamos. Más a lo que me traía aquí. El mozo nieto de la tía Filomena, la de la Isabel, me pidió recao para traer. En me ha dicho si al poder ser, pudieras reservar mesa para final del mes natural en la hora de la
cena. Ha de ser su deseo de parlamentar sobre escritura de libro sobre unas historias que le rondan en la cabeza. De saber tienes, que llegan a esta villa y tu mesón el tal Miguel, el de Cervantes, del
que habrás oído en hablar por sus famosos escritos en la caballería y otras novelas de fama nacido en la villa vecina de Alcázar.
Que en sus avisos acudirán al poder, el paisano Ruy el Mambarrejon, y Alonso Hernández, gente de paz que sabes que tuvieron sus mas y su menos con Esteban Fernández, el del molino de la harina del Ciguela, cuando rompieron la presa deste su molino del que Hernán Vázquez y Rodrigo Manrique alcaldes en ordinario tuvieron que acudir a defender también. De avisar llevo de paso a Frei Don Alfonso Lujan cura propio nuestro del que entiendo no haces mucho aprecio, al sr. Juan de Villanueva que nos dijo como hacer el malecón y también protege de las aguas tu mesón. Y que según los caminos que lleve en esquile de las mulas y borricos por los pueblos de recao a Alonso Quijano, y al Panza, el Sancho.
A los cuales no sé cómo encontrar que siempre andan dando colodrones por esos caminos y pueblos de La Mancha. De llegar a la cena en reunión de la mesa, y qué de aviso a Evaristo y Casimiro, amigos que conoces míos, y vienen a esta casa a dar fiesta con las sus guitarras según se lo encomiendas. Y qué también yo, quiere que ande presente. Y no solo eso. Que el gusto del mozo que regando se quedo en la huerta de la Filomena, ha de saber si tú pudieras presidir cena y hablares de escritura. Así que eso es lo que me venía a traer.
¡Uhh.., ay qué pena!, exclamó La Chela.
¿Pero moza, es alegría o extrañeza?, requirió el tío Nieves.
¡Anda con Dios, anda con Dios, que cosas! Y, ¿pues como se le ha ocurrido al chico de la tía Filomena andar en parlamentos y con aquellos que dice? Que no lo digo por el mozalbete, al que conozco bien de ayer mañana, de traerme judías verdes, manzanas, peras, tomates, nabos, melones y crianzas de la huerta; del que se también de buen regaor y de ser muy cabalico. Ayer mismo aquí
anduvo, más no me habló de juntas ni letras con vecinos y forasteros, que a unos conozco y a otros de lejos. Que de esos nombrados algunos son de corteza chelera, aunque algún qye otro y no me es de señalar por ser de la ecclesia propia un poco de ir carambucano. Más no me meto en cada cual, que cada uno tenemos lo nuestro en ir derecho o torcío y no somos cuales para andar en señal a nadie.
Ya ves Chela, a mis decires, que ando por los caminos de villa en villa y de todo encuentro, que no solo en las viñas del Señor que dicen, así como también en los olivares. Si supieras de todas las
corbeteras que hay en las muchas cabezas..., que incluso en sitios me quieren dar los perricos. Aunque aviaos van y quedan. Esquilados y sin lana, ma tu que pitorra.
¡Jajaja! Partiose a reír La chela ante tal comentario. ¿A su edad con usted se meten?. Mas les valiera a aquellos de la tontá dedicarse a echar rabos, algo aprenderían de surcos derechos y no
holgazanería.
Mis aguarones son anchos y de soportar, refiriéndose a sus espaldas, respondió el tío Nieves. Mas que los bribones no se me apesquen en demasía que pronto salgo sin mirar lindes. Que a más de uno he tenido que decirle ven acaquí y no pongas los pies en mi redor que vas a correr como rabichero del concejo cuando quiere cobrarme más de la cuenta de lo que dicen los impuestos. Y por listos de a
faltriquera propia no me han vuelto a venir, ni en nuestra villa ni en otra de alredor.
Genio tiene para ser tan buena gente tío Nieves, aseguró la mesonera.
¡Ea, no!, afirmó el buen hombre esquilaor. Ya mucho andado tengo, y a las buenas almas siempre me presto y dejo ropón en cualquier menester, pero no así a quien se me acerca relenco.
Pachasco cuidado tengan. Pero moza, aunque comido vengo, no estoy cosa, a la Eufrasieja pedido tengo un vino allá en la cocina que andará pensando en mis tardares y allá me vengo, no sea que
el vino caliente se ponga tieso y en vez de refresco no me asiente en la barriga, y que al salir de aquí parezca que no voy solo. A la tarde, después de siesta me volveré aquí en parlamento de lo que me
trae en recao el muchacho de la Filomena. Que a lo más pronto deberé llevar noticia de esta su inventiva de la junta en este mesón tuyo con los propios y forasteros para el final del mes natural.
Continua:

Para después de siesta

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