Ahí fuera hace un calor
inaguantable, son los rigores del verano en La Mancha Toledana, la
canícula !¡ahora si Mhyst!, no deja ni de cantar a la chicharra,
acabo de escuchar a IKER JIMENEZ con sus encuentros paranormales,
extraños seres que de vez en cuando con sus apariciones, forman
parte de la vida de ciudadanos normales, que luego se pasan el resto
de sus días intentando buscar una explicación lógica a lo que han
visto.
Las noches del verano,
sentados en una terraza, invitan a conversar de mil cosas, lo mal
que esta la cosa, en cuanto al paro y la maldita crisis, a los
últimos podcast escuchados, a hablar de software libre, de
aplicaciones, y como no, de encuentros/casos paranormales.
En este tipo de
conversaciones, existe la persona que cuenta la historia, casi
siempre se la oído contar a fulanito, que se la contó un primo de
menganito, etc, o bien la persona que la ha vivido en primera
persona, o en su defecto se la ha contado una persona próxima, ya
que ha sido esta la que ha vivido la experiencia, en fin, esos casos
son los menos frecuentes.
Y por la otra parte esta
el que escucha la historia, aquí hay siempre dos facciones, la
persona que se cree las cosas que le cuentan a pies juntillas, y la
persona incrédula, que cuando le cuentan la historia, intentan por
todos los medios, buscar alguna explicación lógica a lo que están
oyendo, dándole mil vueltas a la narración, estas ultimas son las
peores ó las mejores según se mire, ya que son las que muestran más
curiosidad por la narración, y están deseando la oportunidad de que
se les cuente una historia de estas características, para intentar
rebatirla, darle alguna explicación, sin llegar a darse cuenta de
que tal vez la persona que se la esta contando ya se ha hecho esa
serie de preguntas, o ha propuesto esas hipótesis para dar una
respuesta a la narración, cortando una y mil veces la narración
para preguntar sobre detalles o exponer sus opiniones.
Este tipo de oyentes, que
no escuchantes, ya que te oyen, pero no te escuchan, y por lo tanto
se pierden lo mejor de la historia, que es el escuchar y disfrutar
con la narración, luego cada cual se puede formar su opinión, que
va desde creer la historia contada, hasta mirar con cierta
desconfianza al narrador preguntándose sobre su salud mental.
Que por que les cuento
esto, pues verán, les contare cierta historia, permitiéndome no
identificar lugares concretos, ni hacer mención a los nombres y
cargos de la persona que la vivieron, en la que ocurrió lo
siguiente:
Cierta noche de invierno,
se recibió en una sala de recepción de emergencias del tipo de las
del 112, un aviso dado por una ciudadana, vecina de cierta población
manchega,
que se había dado cuenta al llegar a su domicilio, que
las luces del mismo estaban encendidas y se oía ruidos en el
interior de la vivienda. Por lo que llamo a ese servicio de
emergencia, ya que temía que estuvieran robando en su domicilio. Así
que espero a los agentes enviados en la puerta de la calle.
Todo esto lo escuche yo a
través de la radio, en el lugar de trabajo, como también a
continuación escuche a los agentes, decir que que la alarma había
sido negativa, y que no había nadie en el domicilio, dejando ha esta
señora en su casa.
Pero más tarde, al
regresar los agentes, estos estaban muy serios, tanto que yo temí
que hubieran tenido algún tipo de discusión, por lo que les
pregunte que les había pasado. A lo que me respondieron,
preguntándome si había oído el aviso anteriormente narrado, yo les
dije que si. Entonces me contaron que habían llegado al lugar, y que
efectivamente había una señora mayor esperándoles en la puerta de
su domicilio, que se trataba de una casa de dos plantas, y que se
veían luces encendidas a través de la ventanas, que esta señora
les había facilitado el acceso al domicilio y que dentro del mismo,
en el piso de arriba se oían ruidos y risas infantiles “como de
niños jugando”. Uno de los agentes, incluso, le dijo a esta señora
“¿No serán sus nietos que están jugando?”, a lo que esta
señora respondió, que ella no tenía nietos. Que al empezar a subir
las escaleras, las risas y ruidos cesaron, estando también todas las
luces de la planta de arriba encendidas, hasta las lamparas de las
mesitas de noche de los dormitorios, que aunque buscaron por todas
las habitaciones, llegando a mirar debajo de las camas y el interior
de los armarios no había nadie. Me dijeron también que la única
salida posible del piso de arriba hacia el piso de abajo y la calle
era a través de la escalera por la que habían subido, y por la que
no había bajado nadie.
Inquietante ¿no?.
P.D. Este post se lo dedico a mi colega Berruky y sus miedos con las pelis, de terror.
P.D. Este post se lo dedico a mi colega Berruky y sus miedos con las pelis, de terror.
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