Me he
descargado un podcast, de un programa que se llama LA LANZADERA, que
se emite al parecer a través de RNE, hablando sobre APPs absurdas e
inútiles.
En el
programa hablan de APPs, tanto para IOS, como para ANDROID, del tipo
de una llamada algo parecido a ICASANOVA, ¡ojo! de pago, que calcula
los periodos menstruales de las diferentes amantes, que el casanova
de turno pueda tener, para poder atenderlas a todas cual macho alfa
de la manada.
APPs que
imitan sonidos de insectos o animales, o aquellas que imitan
directamente las flatulencias (pedos para las victimas de la LODSE),
eso si, se puede modificar, al parecer el tiempo de duración de la
flatulencia.
APPS, que
muestran un rollo de papel higiénico virtual que tiene el cometido
al parecer de que mientras estas en el baño, puedes ir desenrollando
el mismo, será para que no te aburras.
Otras del
tipo de haber cuanto tiempo aguanta el usuario del dispositivo
apretando un botón, esta al aparecer también se utiliza en el baño.
Las hay,
que muestran hormigas u otros insectos para que el tipo pueda
entretenerse aplastándolos “de forma virtual” contra la
pantalla.
El
INSULTEITOR capaz de generar insultos tan originales como: “Te
crees la abeja reina, pero en realidad eres un bicho” o “Eres más
pesao que un collar de melones”, frases a todas luces, fruto de una
profunda meditación y estudio.
Hay otra
que muestra botellas de bebidas, cerveza, vino, hasta por lo visto
anís del mono, para que puedas beber, eso sí de forma virtual, muy
útiles para llevar instaladas en el SMARTPHONE “teléfono
inteligente”, en los meses de verano, cuando aprieta la caligula.
Y por
último la que la locutora califica de la más inteligente, una que
calcula el tiempo que el dispositivo, al lanzarlo esta en el aire, el
que lo lance más lejos gana.
Por lo
visto, hay más de un millón y medio de aplicaciones en el APP
STORE, donde más del 60% de las mismas nunca han sido descargadas.
Y es que
si lo pensamos bien, la cosa tiene su miga, imaginemos, al ingeniero,
matemático, programador de sistemas, y resto personal, que se han
pasado horas y horas diseñando el hardware y software del
dispositivo en cuestión, para que luego vaya el propietario del
mismo e instale esas aplicaciones tan útiles e indispensables.
Cuanta
razón tenía el filósofo británico Beltrand Russel, cuando con la
llegada del hombre a la Luna, afirmo “se ha expandido el ámbito de
la estupidez humana”.
Y lo peor
de todo y más inquietante, el que no haya instalado alguna APP tan
absurda e inútil a las mencionadas anteriormente, que tire la
primera piedra.
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