El Intruso.
Pues
resulta que el otro día al conectarme a Ivoox a través de la
tableta para escuchar el ultimo programa de Milenio 3 del bueno de
Iker Jiménez, el gestor tenia un funcionamiento anómalo, tardaba
demasiado en descargar el streaming de audio, me estuve duchando y el
podcast se paraba una y otra vez de una forma irritante.
¿Que
coño pasa? me pregunte, fui hasta la oficina donde tengo instalado
el router, los leds de actividad parpadeaban de forma alocada,
igualito que cuando estoy descargando una película u otro archivo de
internet.
¡Malo!,
pensé, aquí hay gato encerrado, y vaya si lo había, tenia un
intruso que cual vampiro cabrón en vez de sangre me chupaba mi señal
wifi.
El desarrollo.
Estuve
varios días rumiando mi venganza, leía y leía foros de entendidos
de informática, para ver como podía solucionar el problema.
En
casi todos te recomendaban configurar el router con un nombre de red
y una contraseña diferentes,y a otra cosa mariposa, pero con eso no
me quedaría satisfecho ¡que coño! ese cabrón o cabrona, tendría
que pagar su ofensa, ¡robarme a mi la señal wifi!, sentía tal
indignación que parecía que un gato corroía mis tripas.
El sicario.
Hace
unos años conocí a un famoso ciber-criminal al que apodaban “Ali
El Babas”, experto en estafas en el 2.0, ahora se encontraba
cumpliendo una condena consistente en realizar trabajos para la
comunidad, concretamente tenía que barrer durante seis horas diarias
las calles de la localidad.
Resulta
que aquel fulano, por extraños avatares del destino me debía una
serie de favores de los que tal vez otro día les hablare, fue así
como una radiante mañana de primavera, tomando un café le explique
a “El Babas” mi problema.
-No
me Parece ético lo que me pides, me dijo, ¡joder! Por cosas como
esa estoy pegado a esta puta escoba.
-Me
lo debes, le dije mirándole fijamente a los ojos, mientras sorbía
el sabroso café viennes, que nos había puesto la atractiva camarera
del establecimiento.
-Si
lo hago, estaremos en paz, ya no te deberé ni una puta mierda, me
dijo.
-Hecho,
le conteste.
Él
asintió con la cabeza, y tomo un sorbo de café.
La medidas.
-No
me extraña que tengas un intruso, no has cambiado el nombre de la
red, ni la clave de acceso, cualquier idiota con un teléfono que
tenga instalado una aplicación de librería en androide, es capaz de
hackear tu red, me dijo.
Me
encogí de hombros, los dedos de “El Babas” volaban sobre el
teclado.
-Mira
esta es su número de dispositivo “mac”, y esta es su dirección
IP dentro de la red, voy a colocar un “Sniffer”, para espiar sus
comunicaciones, me explico.
A mi
me sonaba todo a chino.
-¿Un
que?, le pregunte.
-Un
Sniffer, concretamente ETTERCAP”, tu deja el ordenador encendido, y
sobre todo, no apagues el router, que utilice el wifi.
La venganza.
“El
Babas” volvió a mi casa, al cabo de una semana.
-Pensé
que te habías olvidado, le dije.
-La
pesca, requiere sobre todo paciencia, respondió, vaya, vaya, un
chico atareado, correos electrónicos, descargas, múltiples
visionados de streaming desde series LY, mira ha visto entera la
primera temporada de True Detective, un tío con clase, ¡si señor!.
-¡De
puta madre!, y después del parte informativo, ¿que?, dije algo
mosca.
-¡Hombre!,
me dijo señalando un informe que aparecía en pantalla, que aparte
de sus preferencias en series, el pollo se llama José Luis, y que su
ordenador tiene S.O. Windows 7, mira le tiene puesto el nombre de
“Margarita”, ¡que jodió!.
-¿José
Luis?,¡ hijo puta!, el abogado del tercero, con razón, tiene el
cabrón un X5, de lo que se ahorra de no pagar wifi.
-Mira,
dijo señalando la pantalla, su correo electrónico y su contraseña,
su usuario de Facebook y su contraseña, su usuario de Twitter y su
contraseña, su usuario de Dropbox y...
-Su
contraseña, dije yo, y la de series LY y hasta la de un servicio de
pago de una pagina porno.
-Bueno,
y ahora que, ¿pechuga o muslo?, me pregunto.
-Que
se acuerde toda su puta vida.
-¿Seguro?....
-¡Seguro!...
El desenlace.
Creo
que “El Babas” se paso tres pueblos, cambio sus claves de usuario
de Facebook y Twitter, cada hora en su muro de Facebook y en su
Twitter aparecía la publicación “SOY UN CABRON Y UN LADRON DE
WIFI”.
Borro
también todos los documentos que aquel fulano tenia a modo “backup”
(copia de seguridad) de en su carpeta de Dropbox, modificando de paso
todas las claves de las paginas Web en la que estaba registrado.
Y
por último, le mando a través de su correo electrónico un enlace a
una pagina WEB que tenia el “virus de la policía”, con lo que el
ordenador de mi vecino quedo completamente bloqueado, para
desbloquear de nuevo el aparato tuvo que borrar por completo el disco
duro de “Margarita” y volver a instalar de nuevo su S.O, confiado
de que sus documentos estarían a salvo en la nube (carpeta de
Dropbox), documentos que por otra parte recordemos que fueron
borrados.
Epilogo.
Al
día siguiente, mi vecino bajaba en el ascensor, sus ojeras y su mala
cara desvelaban una noche de insomnio.
-¿Una
mala noche?, pregunte.
-No
preguntes por favor, al decir esto tenia los ojos llorosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario