Me
conocen como el Señor H...., trabajo como analista de sistemas y
agente encubierto para Weyland-Yutani Corporation, soy lo que se dice
un hombre para todo, tengo un buen sueldo, viajo mucho, conduzco un
lujoso coche, una atractiva mujer comparte mi vida, en fin lo que se
dice una vida más o menos placentera, pero debo confesarles una
cosa, tengo una obsesión, una obsesión que me ha veces me perturba
y que en muchas ocasiones me hace perder el sueño, me obsesionan los
números.
Esto,
a la obsesión me refiero, la descubrí hace apenas unos días, en
un episodio banal de la vida, unos de esos episodios anónimos que
posteriormente marcaran nuestra vida.
Ocurrió
cuando una tarde gris del mes de diciembre, me encontraba trabajando
en la oficina, escribiendo un aburrido informe sobre una pequeña
empresa de internet gestionada por un programador argentino, una
especie de estrella fugaz que había aparecido en la red, que
afirmaba haber creado un método de cifrado indescifrable, la verdad
es que tal afirmación había resultado ser una falacia, ante los
primeros ataques llevados a cabo por nuestro ordenador (no por
cuántico, el análisis lo realizo el antiguo) el código se había
diluido como un azucarillo en el agua.
El
caso es que aburrido cerré la sesión de trabajo y baje a la
cafetería de la esquina, al entrar en el establecimiento, la
camarera, una joven y atractiva rubia se encontraba sola en el
local, apoyada en la barra intentando solucionar un sudoku de una
revista del corazón.
Al
verme de entrar se dirigió hacia a mi y me pregunto:
-¿Que
va a ser?.
-¿Tiene
Viennes?, pregunte a la vez.
-No,
de eso no tenemos “Jefe”.
-¿Capuchino?,
tal vez.
-De
eso tampoco hay, “Jefe”.
-Descafeinado
entonces, dije yo e indicado el sudoku, le dije ¿que anotando
números?.
La
chica hizo un perceptible mohín de desagrado, supongo que pensó:
“Vaya otro madurito de mediana edad, que intenta ligar conmigo”,
sin embargo contesto:
-Es
un sudoku, ¿sabe lo que es un sudoku?.
La
chica se quedo perpleja, supongo que ella esperaba que al devolverme
la mirara me pescara intentado verle el culo , pero al volverse hacia
mi, lo único que yo hacia era mirar fijamente los numero anotados en
la revista.
Números,
en ese momento recordé donde empezó mi relación con los números,
me refiero a mi autentica relación, ya que como todo el mundo los
había conocido en las clases de matemáticas de la escuela.
Fue
una fría noche del mes de noviembre, yo tenía por aquel entonces
unos doce años, en el desván de casa había un viejo receptor de
radio de válvulas de vacío que tenia aparte de la banda de Onda
Media (la AM actual) las bandas de onda pesquera y varias bandas de
Onda Corta.
Lo
encendí y conectando un hilo largo cree una especie de antena de
“fortuna”, al sintonizar la Onda Media la estancia se lleno de
ruidos y silbidos producidos por la estática, moviendo el dial
sintonice con varias emisoras nacionales, la Banda de Onda Pesquera
estaba absolutamente vacía, y en las bandas de Onda Corta llegue a
sintonizar algunas emisoras internacionales, algo aburrido estaba a
punto de apagara el receptor cuando en la banda de veintiún metros
sintonice una curiosa transmisión. Se trataba de una mujer recitando
una lista de número en ingles, hacia una pausa, y volvía a recitar
los mismos números, pasados unos minutos la emisión finalizo con
una inquietante musiquilla.
Años
más tarde sabría que había sintonizado con la emisora de números
llamada por los aficionados al Diexismo (escuchas de la Onda Corta),
“Rapsodia Sueca”, ya que la emisión terminaba con la musica de
una “nana” sueca.
Me
obsesione con estas emisiones, escuchando programas diexistas como
“Radio Enlace” emitido por la emisora internacional holandesa
“Radio Nederland” y por el programa “Frecuencia RM” un
programa de Radio Moscu Internacional, supe que estas a extrañas
emisiones se las llamaba emisoras de números, y eran en realidad
códigos dirigidos a agentes encubiertos que se encontraban
desarrollando alguna misión en un país extranjero.
Recuerdo
pasar muchas noches anotando números, llenando folios y folios de
cifras sin sentido alguno, pero no seria hasta llegada de la Internet
de baja velocidad, leyendo mensajes en algunas de aquellas primitivas
BBS, cuando me enteraría de lo del Proyecto Conet, el cifrado
Vernam y lo de la libreta de un solo uso.
Proyecto
Conet
El
Proyecto Conet, es una iniciativa llevada a cabo por Diexistas
amateur para grabar, seguir e identificar emisoras de números.
Las
emisoras
de números,
también denominadas estaciones
numéricas,
son emisoras de radio de onda corta de origen incierto.
En
general transmiten voces leyendo secuencias de números, palabras, o
letras (a veces utilizando un alfabeto fonetico).
Las
voces que se oyen en estas emisoras son muchas veces generadas
mecánicamente, vienen en una gran variedad de idiomas, y normalmente
son femeninas; aunque a veces se usan voces masculinas o infantiles.
Las
pruebas apoyan las suposiciones populares de que estas emisoras son
canales de comunicación para enviar mensajes a
espias.
Esto no ha sido reconocido públicamente por ningún gobierno que
pueda operar una emisora de números, aunque ha habido un caso de
procesamiento público al espionaje de una emisora de números cubana
(emisora Atención) por
un tribunal estadounidense.
Las
emisoras de números aparecen y desaparecen a lo largo del tiempo
(aunque algunas siguen horarios regulares), y su actividad total ha
aumentado ligeramente desde principios de los años
90.
Este aumento sugiere que, como fenómenos relacionados con el
espionaje, no fueron únicas a la guerra
fria.
Las
características de estas emisoras son muy variadas. Algunas siguen
horarios estrictos, mientras que otras emiten a momentos
aparentemente aleatorios. Las voces pueden leer números, letras,
palabras, tonadas, o código
morse.
La voz que lee la información puede ser automática o producida en
el momento, de una persona joven o vieja, masculina o femenina. El
uso de distintos idiomas para transmitir la información no
necesariamente indica el origen del mensaje.
El
uso de géneros
musicales específicos
puede también ser un intento de distraer a las personas de la idea
de que estas emisoras tienen propósitos de espionaje. Alguien que
oiga música extraña junto con una niña leyendo números podría,
por ejemplo, tomar una tal transmisión por una niña jugando con la
radio; sin embargo, el oyente experto notará que tales números son
leídos de manera idéntica, como cuando se marca un número
equivocado en el teléfono y una máquina anuncia que el número no
ha sido reconocido.
Cifrado
Vernam.
En
terminología moderna, un cifrado de Vernam es un cifrado de flujo en
el que el texto en claro se combina, mediante la operación XOR con
un flujo de datos aleatorio o pseudoaleatorio del mismo tamaño, para
generar un texto cifrado. El uso de datos pseudoaleatorios generados
por un generador de números pseudoaleatorios criptográfica mente
seguro es una manera común y efectiva de construir un cifrado en
flujo. E RC4 es un ejemplo de cifrado de Vernam que se utiliza con
frecuencia en Internet.
Posteriormente
a la invención del cifrado de Vernam,
Joseph Mauborgne propuso
que la cinta de papel contuviera información completamente
aleatoria. Las dos ideas, combinadas con el uso único de las claves,
implementan la libreta de un solo uso, aunque ninguno de los dos
inventores utilizó ese nombre.
Libreta de un
solo uso.
En
Criptografía la libreta
de un solo uso,
también llamado Relleno
de un solo uso (del
inglés one-time pad), es un tipo de algoritmo de cifrado por el que
el texto en claro se combina con una clave aleatoria o «libreta»igual
de larga que el texto en claro y que sólo se utiliza una vez. Fue
inventado en 1917. Si la clave es verdaderamente aleatoria, nunca se
reutiliza y, por supuesto, se mantiene en secreto, se puede demostrar
que el método de la libreta de un solo uso es indescifrable.
Sobre
este tema, hay quien afirma, que estas emisiones tienen un origen
extraterrestre, o incluso que cuando Marconi, encendió
su primitivo receptor escucho ya algunas de esta emisiones, había
incluso quien dentro del Proyecto Conet, había grabado varios Cds de
audio con estas transmisiones y se comercializaban para pasar miedo
escuchando estos sonidos en una habitación a oscuras.
Pero
chorradas aparte, creo que esta obsesión de mi niñez por los
números fue lo que realmente me llevo a trabajar para
Weyland-Yutani, ya que claro esta, mi Corporación estaba muy
interesada en formas de comunicación y cifrado seguras.
Todavía
recuerdo el “memorándum” que sobre el asunto redacte para la
empresa, informe
que
en
la actualidad duerme
el sueño de los justos en cierta cámara
acorazada de Chicago.
Ya
que la libreta de un solo uso si es indescifrable, y no esa chorrada
de código sobre la que había escrito mi ultimo informe, inventado
par un tal GumPer.
La
voz de la camarera me saco de mis pensamientos.
-¿Se
encuentra bien , “Jefe”?.
-Si,
si perfectamente, gracias, dije tomando un sorbo de café y
apartando la vista de los números escritos en la revista.
-Solo
son números “Jefe”, dijo la chica preocupada.
-Ya
lo se, respondí yo.
*Nota:
Lo escrito en cursiba esta sacado de la Wikipedia.
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