A Modo de Prologo
Les presento a continuación un relato de Ciencia Ficción que escribí hace algún tiempo, espero que les guste.
EL relato:Todo empezó cuando mi amigo Juan y yo entramos a una vieja tienda de antigüedades de la ciudad, regentaba el establecimiento un viejo gitano, que había dedicado su vida a la compra y restauración de antigüedades.
Mi amigo, quería regalar
a su novia un mueble antiguo que ayudara a amueblar su nueva casa.
Nos dedicamos a mirar
armarios, cómodas, mesas, mesitas y escritorios, siempre bajo la
atenta mirada del gitano, hasta que mi amigo vio una especie de
escritorio con muchos cajones, construido en madera de ébano, de
mediados del siglo XVIII.
Mi amigo le pregunto al
gitano, si el mueble era realmente una antigüedad, o se trataba de
una replica, el gitano le contesto.
-Esto realmente es una
antigüedad, el escritorio lo han traído de Estados Unidos, y estaba
tan bien conservado que solamente lo hemos limpiado, ni siquiera
hemos tenido que restaurar nada.
-¿Cuanto pide usted por
él?, pregunto mi amigo.
-Pues el mueble vale 3000
Euros, pero mire usted por la tienda, que seguro que hay muebles más
bonitos y más baratos.
Mi amigo estaba como
hipnotizado con el mueble y aunque el precio era algo desorbitado
llego aun acuerdo con el gitano, cuando estaban a punto de cerrar el
trato, el gitano informo a mi amigo que sobre el mueble pesaba una
maldición, y que por eso estaba marcado con un precio tan alto, para
disuadir a posibles compradores, mi amigo hizo caso omiso al aviso y
compro el mueble.
Unas semanas más tarde,
mientras me dirigía a mi casa, después de terminar mi turno de
trabajo, me encontré con Clara, la novia de Juan, estaba muy
preocupada por Juan y me dijo que si podíamos tomar un café ya que
quería hablar conmigo.
Sentados en la terraza de
una cafetería Clara me contó, que Juan había cambiado desde la
compra de ese mueble tan caro, que lo había puesto en la habitación
que habían destinado como despacho, y que Juan se encerraba en la
habitación durante largas horas, que salia de casa a deshoras, y que
se encontraba muy nervioso y que apenas dormía, estaba como
embrujado.
-Pero lo peor no es esto,
hace unas noches, después de cenar , Juan no dijo nada, estaba muy
distante y distraído, y respondía con vaguedades a mis preguntas,
cuando de pronto se levanto y se encerró en la habitación sin darme
ninguna explicación, yo, continuo contando Clara, recogí la mesa y
me dirigí a la habitación con la intención de pedirle
explicaciones, cuando estaba a punto de llegar a la puerta oí un
ruido como un trueno, y por el quicio entre la puerta y el marco una
fuerte luz blanca, me asuste tanto que le estuve llamando, como no
abría la puerta llame a la Policía, ya que pensaba que le había
pasado algo, forzaron la cerradura y Juan no estaba dentro.
-Quede como una idiota,
los agentes se marcharon, no sin antes comentar uno de ellos que en
la habitación hacia mucho frío, yo agotada me senté en un sofá,
que queda al lado de la puerta, pasado algún tiempo me dormí, Juan
me despertó al cabo de unas horas, se le veía alegre y me dijo que
fuéramos a dormir que estaba cansado, ni siquiera se dio cuenta que
a la cerradura de la puerta estaba forzada.
Intente tranquilizar a
Clara y le prometí ir a hablar con Juan e intentar aclarar las
cosas.
Me dirigí a su casa, me
abrió al segundo toque de timbre, se le veía nervioso y alterado,
le conté mi conversación con Clara y asintiendo la cabeza, de
repente me pregunto:
-¿Conoces algo de
Nikola Tesla?
-Claro, que si respondí,
es el científico que trabajo con Edison, y le dio utilidad a la
electricidad alterna, por lo visto hizo varias patentes, muchas de
ellas las termino robando o apropiando el propio Edison, al parecer
murió casi en la indigencia, aunque al principio algunos de sus
proyectos fueron financiados incluso por J.P. Morgan.
-El mueble era de Tesla,
me dijo Juan, ya que uno de los cajones tenía un compartimiento
secreto y encontré esto junto con unos manuscritos.
Me mostró un pequeño
aparato de las dimensiones de dos cajetillas de tabaco, construido en
una sustancia negra parecida a la baquelita, con varios diales en una
de sus caras.
-Esto me ha traído de
cabeza, los manuscritos estaban escritos en Serbio, aunque los he
mandado traducir, son al parecer anotaciones sobre el funcionamiento
del dispositivo, no aclara gran cosa, he descubierto, que este grupo
de diales son para introducir una serie de coordenadas que se
encuentran dentro de una esfera.
-¿Has oído hablar de la
hipótesis del viaje en curvatura?, me pregunto.
-¿Como en Star Trek?, le
dije yo.
-Si, la idea es curvar el
espacio y efectuar un viaje de forma casi inmediata, esto, dijo
indicando el ingenio, es en realidad un núcleo de curvatura ideado
por Tesla.
-Ya, ya dije yo, no te
has planteado ir a hablar con el médico, estas cansado y...
-No me crees ¿verdad?,
me dijo.
-No la verdad, no te
creo.
-Te lo voy a demostrar,
cogió el ingenio y empezó a mover diales, primero debemos
introducir nuestras coordenadas actuales y después moviendo este
interruptor introducimos las coordenadas de destino, en este caso 35
41 55.10 este dial es de latitud Norte 139 46 16.41 y este de
longitud Este.
Yo miraba como manipulaba
el aparato.
-Ya esta, ahora lo
encendemos, introdujo el dedo en una pequeña hendidura oculta y se
oyó un pequeño zumbido.
-¿Estas preparado? me
pregunto.
Asentí con la cabeza
algo asustado.
-Bien pon las manos aquí,
tocando el dispositivo.
Movió un ultimo dial, y
entonces el mundo pareció estallar, escuche un terrible ruido y vi
una potente luz surgir del ingenio, me falto el aire y empezó ha
hacer un frío intenso.
-Una bomba, pensé, este
loco ha activado una bomba.
De pues todo paro, me encontraba de pie, junto a mi amigo, estábamos
en plena calle, la casa había desparecido y lo más inquietante era
de día, me di la vuelta estamos en la puerta de lo que parecía ser
un gran centro comercial cuyo rotulo rezaba 秋葉原ショッピング
y debajo en caracteres más pequeños
Akihabara Shopping (Centro comercial Akihabara).
-Bienvenido
al barrio comercial de Akihabara en Tokio, a
donde tu siempre has querido viajar.
Me quede
sin habla, entonces me di cuenta, que gran cantidad de gente, con
rasgos asiaticos que paseaba por la calle, nos miraba con gesto de
sorpresa en sus caras, ya que para ellos habiamos aparecido de
repente en mitad de la acera.
-Vamonos,
dijo mi amigo.
Empezamos
a caminar, estabamos realmente en Japón.
-Te das
cuenta de las repercusiones del invento, le dije a Juan, como esto se
sepa, los del petroleo te se van a hechar encima y tal vez con no muy
buenas intenciones.
-Ya lo he
pensado y el tema da miedo, dijo Juan, pero el caso es que aún hay
más.
-¿Más?.
-Te
acuerdas del grupo de diales, que no hemos movido, me dijo.
Asenti
con la cabeza.
-Eso
lo descubri ayer mismo,me dijo, esos diales
son para introdocir las coordenadas temporales
de origen y destino del dispositivo,
ya que esto es además una maquina del tiempo.
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