El
Investigador escucha el monótono sonido del parabrisas que aparta la
nieve del auto, mientras conduce a través de la I 96,
sus pensamientos bullen en el interior de su cabeza intentando
resolver el misterio que esconde la maldita carretera.
La
I 96, carretera estatal, transcurre a lo largo de todo el estado, 586
km exactamente, un dato real y tangible, pero el área en la que el
Investigador se centra comprende del km 150 al km 380, 250 km de
cinta negra de doble dirección, tachonada de puntos y líneas en
blanco, terreno baldío que discurre a través de cuatro poblaciones,
una de veinte mil habitantes y las restantes de menos de tres mil
habitantes.
Esta
anocheciendo el Investigador de forma periódica, de manera
involuntaria, al igual que si fuera un gesto natural, toca con los
dedos centrales de su mano derecha la culata de la .44 que lleva
sujeta mediante una funda en la parte izquierda de su cintura, un
revolver “Bull Dog”” chato y feo, cargador especial de cinco
disparos, cargado con cartuchos de seguridad “Super Glasses”, el
gesto aparte de comprobar que el arma sigue en su sitio, sirve como
una especie de sortilegio para exorcizar lo demonios que amenazan y a
veces inquietan al Investigador.
-¡Céntrate
Joder!, piensa.
-¿A
ver que sabemos hasta ahora?, se pregunta a si mismo.
-Pues
sabemos que un puto ordenador de la Central al que habían atiborrado
de datos sobre desaparecidos, a encontrado un patrón de
coincidencia, 463 desparecidos entre los años 1984 al 2013, eso en
una franja de 230 km de la I 96, muchos desparecido, eso da una media
de 15, 9 desaparecidos al año, 463 desaparecidos, 434 hombres de
entre 25 y 35 años de edad, de raza blanca, y complexión atlética,
y un total de 29 mujeres de entre 25 y 30 años de edad, de pelo
rubio, de 1, 70 metros de estatura, de raza blanca, todas ellas
atractivas, lo mas inquietante chico todas ellas parecidas, una tía
y quince tíos por año, excepto en el año 2006, ese año una tía
y catorce tíos, espera, ¡espera joder!, en 2006, apareció aquel tío, ¡si hombre si! el del BMW 330, apareció desnudo en el
maletero de su coche, desnudo y fiambre, alguien le había retorcido
el pescuezo.
El
investigador se enciende un pitillo, mientras sigue meditando.
-Ese
pollo estaba muerto, no desparecido, pero así la media es perfecta
15 pollos y 1 una tía al año, siempre entre los meses de enero y
febrero, los meses más fríos.
-¡Frío!,
piensa,
-¡Chaval!
Vas otra vez vas a parar al mismo sitio, si le expones esa hipótesis
al capullo de tu Jefe, te pone de patitas en la calle, después de
darte una patada en el culo.
El
Investigador para en un área de servicio de la I 96, Restaurante
“Troya” “Pida nuestros troyanitos” dice la publicad de la
entrada, debajo de la foto de unos dulces caseros.
El
Investigador se sienta y pide un café, dentro del local hace calor,
al investigador le gustaría quitarse la chaqueta, pero la .44
quedaría a la vista, hoy no tiene ganas de dar explicaciones, ni de
enseñar la placa.
-¿Quiere
usted un troyanito?, pregunta la atractiva camarera, una chica rubia
y de ojos azules, mientras le sirve el café
-No
gracias, solo café, contesta el Investigador.
-Otra
rubia, piensa, aquí hay muchas rubias, será este puto tiempo, este
puto frío, ¡frio!, ya estamos otra vez. ¡Joder! ¿Por qué todos
mis pensamientos conducen a lo mismo?.
En
ese momento su mente viaja en el espacio y el tiempo y recuerda la
conversación mantenida con un compañero en la oficina.
-Ejem,
existe un informe, lo mando un tal Salazar sobre el asunto, lo
tienes ahí sobre la mesa dijo su colega, mientras se rascaba la
cabeza con gesto distraído.
-¿Alguien
le ha enseñado esto al jefe?, pregunta el investigador.
-No,
no es oficial, nadie tiene los suficientes cojones para ni tan
siquiera mencionar la hipótesis al Troll contesta su colega.
El
Troll, es como llaman al Jefe en la oficina.
Expediente
Salazar, rezaba el titulo, ya en el coche el Investigador abrió la
carpeta.
-SALAZAR,
MELITON, 40 años, español, investigador paranormal, ¿paranormal?
¡no jodas!, en la Central tienen que estar algo despistados, o
desesperados para darme esto.
Una
hora y cuatro cigarrillos después, el Investigador había leído el
informe.
El
tal Salazar había estado investigando el asunto, descripciones,
interrogatorios a testigos sobre el extraño comportamiento de las
mujeres antes de desaparecer, algunos testigos afirmaban que estas
ignoraban e incluso parecían no reconocer a personas conocidas, y
que a algunas de ellas se las había visto en compañía de hombres
que después también formaron parte de la lista de desaparecidos a
bordo de una furgoneta de color blanco, vieja y sucia, un vehículo
vulgar, como para no llamar la atención, aunque uno de ellos afirmó,
ya que estuvo cerca del vehículo que el interior de la misma parecía
nuevo e impoluto.
La
conclusión a la que llegaba el tal Salazar era de lo más
alucinante, abducciones realizadas por entidades ajenas a esta
realidad, o este mundo, ¡extraterrestres!.
La
hipótesis era la siguiente, al parecer estas entidades raptaban
primero a la chica que era posteriormente usada como cebo para
atraer a los hombres, una chica rubia, alta y atractiva, los incautos
que picaban eran a su vez también abducidos.
¡Hombre!
La hipótesis parecía descabellada, ¿descabellada?, descabellado lo
que venia a continuación, el tal Salazar, llegaba incluso a la
conclusión que el secuestro de los tíos era con fines, llamémosles
culinarios, explicando así el porque no se llevaron al muerto que
apareció en el maletero de su coche en 2006, la autopsia rebelo
aparte de las causas de la muerte por torsión indebida del
pescuezo, que el tío tenia hepatitis C ¿descabellado?, ¡amigos,
pues aun hay más!, como diría el Cerdito Porky, a ellas los putos
alienígenas no les lavaban el cerebro, ni las hipnotizaban para
servir como cebo, no que va, si no que, y ahí viene lo más delirante, eran
sacrificadas y desolladas para que una de estas malvadas entidades
se pudiera disfrazar con su piel, de ahí los meses de frío, para
conservar mejor el pellejo.
¡Si
incluso habían hecho una película! “Under the skin” (Debajo de
la piel), con Scarlett Johansson como protagonista, pero en vez de
rubia en este caso la película se rodó con un cebo con el pelo de
color moreno, denunciaba Salazar.
El
Investigador volvió a la realidad del restaurante y tomo un sorbo de
café.
-¡Ridículo!
esto es ridículo, pensó.
En
ese momento a través de los ventanales del local, vio pasar una
furgoneta blanca, vieja y sucia.
¿La
conducía una mujer joven y rubia?, se pregunto.
Su
mirada se desvío al calendario que había tras la barra del
establecimiento, 16 de enero de 2014, jueves, frío intenso en el
exterior, un escalofrío recorrió la espalda del investigador, de
forma maquinal toco con los dedos centrales de su mano derecha la
culata del arma enfundada a su izquierda, más tranquilo tomo un
nuevo sorbo de café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario