viernes, 25 de octubre de 2013

Relato: De cuando el "Tío Amores” burlo a Frei Alfonso “El Pedigüeño” una sartén de gachas.


Llego ya de anochecida Meliton el de la Tía Genara al que apodaban en el pueblo “El Tío Amores”a la casa del cura, era mozo de seso vivo y pícaro, aficionado a la chanza y la burla, que era conocido en toda la comarca por la hazaña de los cuescos, ya que en cierta ocasión le convoco su patrono, y le dijo, “Man” dicho “Tío Amores” que por las mañanas, cuando vas a trabajar les vas oliendo los cuescos a todos los gañanes, el Tío Amores lejos de enfadarse por la afrenta, ya que en esa Villa insinuar siquiera que un hombre es bribón se toma por gran afrenta, mirando socarrón al patrono le contesto, ¿A que no lo han dicho a vuesa merced, que al atardecer, son ellos los que me los huelen a mi, dejando claro que le daba igual que dijeran que se iba el ultimo a trabajar y volviera el primero, la anécdota, corrió de boca en boca por el pueblo para gran chanza y burla en perjuicio del patrono.
Cuando abrió la puerta. La señora Blasa, la gobernanta del cura, el Tío Amores le pregunto.
*Tío Amores-Señora Blasa, ¿no esta el señor cura en la casa?.
*Señora Blasa -Hay hijo mio no esta, se ido en “ca” el Tío Tomás que acaba de fallecer, justo íbamos a cenar, unas gachas que prepare, cuando al señor cura han avisado.
*Tío Amores -¿gachas?
*Señora Blasa -Si hijo mio gachas,, con sus “trocicos” de tocino, que yo “mesma” sofreí en la lumbre de unos sarmientos.
*Tío Amores”-¿Pero no sabe vuesa merced, que cuando hay finado de cuerpo presente en el pueblo no han comerse gachas, ya que se presenta en la casa, y en la sartén el dedo mete?.
*Señora Blasa- ¿Pero que dices hijo mió?.
Aprovechando la confusión de la señora Blasa, el Tío Amores, metió y saco rápidamente la punta de un sarmiento en la sartén de gachas, dejando un hoyo en las mismas.
*Tío Amores – Vea vuesa merced el hoyo, el finado ya metió el dedo en las gachas.
*Señora Blasa- Hay que asco, pues ahora mismo al barranco van.
*Tío Amores- No tire vuesa merced las gachas, que los que somos pobres y no tenemos que cenar, a tan poca afrenta no hacemos ascos, deme vuesa merced las gachas, que yo “mesmo” las comeré.
Le dio la Señora Blas las gachas al Tío Amores y este se fue de la casa.
Mas tarde volvió el señor cura, Frei D. Alfonso Lujan y Cañizares, párroco de Villafranca, venía muerto de frío, acordándose de la gachas, con sus tropezones de tocino, envuelto recio en la capa.
*Señora Blasa -Hay que desgracia tan grande padre, metió el Tío Tomás el dedo en las gachas.
*Frei Alfonso -Pero que dices insensata.
Le contó la señora Blasa, lo ocurrido al Frei Alfonso, en esto llego el Tío Bartolo, primo de la señora Blasa, que venía de tomarse unos vinos del mesón de Villafranca, que lo regentaba una tal Consuelo, a la que apodan Chela, moza de muy buen ver y que vestía con generoso escote, era tan famoso el mesón en toda la comarca, que a los vecinos de la Villa en vez de decirles Villafranqueros, en los pueblos aledaños eran llamados “Cheleros”.
*Tío Bartolo -Padre, del mesón de la Chela vengo, y allí están el Tío Amores y Eufrasio “Mal Ara”, aquel mozo, que en fiesta de animas, se bebió en casa de una de las Mayordomías dos porrones de mistela que también llaman giniebla, y con el el seso nublado, unció  yunta de mulas y aró terreno sembrado en vez de arar barbecho. ¿Y a que no sabe su paternidad que van a cenar?.
*Frei Alfonso -Gachas.
*Tío Bartolo- Razón tiene vuesa merced, una sartén grande de gachas, con sus tropezones de tocino, gloria daba mirarlas. Han invitado a la Chela, que hogaza de pan ha puesto, para mojar la pitanza. Reíanse todos mucho por cierta historia de finado, delante de los paisanos presumía el Tío amores de cenar a costa del “Pedigüeño”, mientras que “Mal Ara” con el seso algo nublado por el vino que había tomado entonaba la coplilla que en perjuicio de su persona en ese mesón se canta y que dice lo que sigue: 

                                            “Menudo cura tunante
                                             que cobro la subvención
                                             y llamando tonto al “Volante”
                                             lo dejo sin un vellón”

*Frei Alfonso-Madre del amor hermoso, esta hazaña, ha de ser más famosa que aquella de los cuescos, tenga la bondad señora Blasa, de sacar de la despensa el tarro del arrope, que esta noche “cata” toca cenar.

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