sábado, 5 de octubre de 2013

Relato: El Francotirador.


M40A3
Richard Smith, Sargento de Artillería de los Marines, había leído en cierta ocasión, que una de las penas del infierno era caminar eternamente, siempre en tensión y con el corazón encogido por el miedo.
El sargento Smith, estaba destinado en una Unidad Especial de Francotiradores, especializada en incursiones, en territorio enemigo.
Mientras que otras Unidades eran transportadas por medios mecanizados y después eran extraídos de igual forma, la Unidad de Sargento Smith, se caracterizaba en especial en las incursiones a pie, y una vez tras las lineas enemigas, practicar la guerra de de guerrillas consientes en la eliminación de objetivos humanos, o en el sabotaje de instalaciones enemigas.
Algunas veces, el Sargento Smith, trabajaba conjuntamente con un observador,  si la misión consistía en apostarse en un punto y desde allí apoyar el avance de fuerzas aliadas, eliminando núcleos de resistencia enemigos con la ayuda de su fusil M40A3 del calibre 7,62X51 mm NATO.
Pero dado su carácter introvertido, el sargento Smith, estaba especializado en misiones en solitario, como la que ahora llevaba a cabo en Afganistan, solamente le habían proporcionado la fotografía de un jefe tribal mujahidin, le habían ordenado su eliminación, inteligencia militar le había proporcionado información inconcreta del paradero actual del objetivo, situándolo en un campamento enemigo.
Por supuesto, la operación a nivel oficial no existía, el Sargento Smith, llegaría hasta el lugar a pie, sin ningún tipo de apoyo, pondría al objetivo al alcance de su fusil, lo eliminaría, y por sus propios medios abandonaría el territorio enemigo.
Sonó un débil bip, bip, de en su reloj de pulsera, el US PACOM satélite militar de comunicaciones estaba en su horizonte, según el protocolo de operaciones debería desplegar la pequeña antena de su transceptor satélite y emitir una ráfaga de datos en PSK 31 informando de su posición y del desarrollo de la misión y esperar respuesta del mando estratégico.
- Que les den por culo, pensó.
MQ-1 Predator
El sargento Smith, para esta misión había solicitado el apoyo aéreo de un Dron MQ-1 Predator que orbitando en su horizonte a 60000 pies, le hubiera proporcionado capacidad táctica de defensa y ataque con sus dos bombas guiadas por láser de 250 kgrs, y comunicaciones permanentes, no dependiendo de las comunicaciones esporádicas proporcionadas por el satélite de comunicaciones, el mando había denegado su solicitud, argumentando recortes presupuestarios.
-No hay Predator, no hay transmisiones, pensó el Sargento Smith.
El Sargento Smith, se oculto en una pequeña cueva entre unas rocas, y se dispuso a comer su ración de barritas energéticas, se concedió un descanso de una hora y se puso cómodo encima del aislante de su saco de dormir.
Estas pequeñas indisciplinas le había dado más de un disgusto con sus superiores, como cuando lo de Bijelo -Polje,
En 1991, el entonces Cabo Smith, se hallaba destinado Bosnia Herzegovina, al volver de una misión, mientras tomaba una copa en un bar de la Base, le habían dicho que cierta organización de la mafia rusa, proporcionaba cacerías humanas ocultando los asesinatos al amparo de la guerra, el ricachon de turno pagaba por un puesto de caza, apostado en un edificio abandonado, se dedicaba a disparar contra los civiles que se pusieran a tiro, culpando luego de los asesinatos a francotiradores servios, le dijeron que uno de esos puesto de caza humana estaba ubicado en cierto edificio de Bijelo-Polje.
Aunque informo de este hecho a las Autoridades, estas no le hicieron ningún caso, aconsejándole incluso de que no hiciera caso a leyendas urbanas.
El Cabo Smith, de ascendencia apache por parte de un tatarabuelo materno, se ausento durante cuarenta y ocho horas de su Unidad, acecho y ataco el inexistente puesto de caza humana en Bijelo-Polje, a su vuelta clavo en la puerta del Jefe del mando estratégico, dos cabelleras humanas que había arrancado a sendos cadáveres con su navaja BOKER, junto con un cartel que decía “ESTO NO ES LO QUE PARECE, ES SIMPLEMENTE UNA LEYENDA URBANA”, una de las cabelleras resulto ser un afamado empresario alemán, mientras que la otra pertenecía a un peligroso miembro de la mafia rusa.
El Cabo Smith, fue arrestado, por indisciplina ya que se había ausentado durante dos días sin permiso de su Unidad, lo de las cabelleras, naturalmente se tapo.
Termino de fumar su pipa y se dispuso nuevamente para marchar, todavía tendría que caminar durante más de 100 km en territorio enemigo, hasta llegar a su objetivo, el Sargento Smith, vivía por y para la guerra, se encontraba a gusto viviendo en el infierno.

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