sábado, 4 de enero de 2014

El Appeliano VII: El Nigromante.

No se lo podía creer, miro de nuevo el pasquín con la cara del peligroso delincuente, el Dios Appol había puesto precio a su cabeza, ¡que carajo! se lo tenia merecido.
Miro de nuevo el burdo dibujo, tal vez hecho por algún hermano Appeliano que jugando se la vida y la salud mental estaría trabajando como Topo, aguantando a los vulgares Androides y tal vez, se santiguo, estaría incluso rodeado de adoradores del demonio Linux, que el Dios Appol, los confundiera a todos, ¡malditos!.
Repaso con los dedos la burda figura dibujada en el pasquín, sus rasgos indudablemente crueles, el miserable se hacía llamar nada más y nada menos “Conversodamus”, tal vez recordando a ese otro visionario que con sus profecías atemorizo al mundo en siglos pasados, si hombre si, el tal “Nostradamus”, ¿o era Nostromo?. No hombre no, ese el nombre de la nave de la película de Alíen.
¡Que osadía!, ¡que desfachatez!, ni el odioso “troll” vestido de oso, se había atrevido a tanto, ya que este peligroso individuo había vaticinado nada más y nada menos, la caída del Dios Appol, y había dicho que sus sagradas fabricas pasarían de fabricar los sagrados y divinos dispositivos, a simples electrodomésticos, frigoríficos, lavadoras, e incluso, un escalofrió le recorrió la espalda, menajes del hogar, tazas de watter, bideles, etc.
Se imagino con desagrado a un seguidor de los del muñequito verde, o tal vez incluso peor, a un fanático de la secta linuxera, defecando en un watter con el logo de la sagrada manzana, mientras el muy granuja leía la prensa o veía algún contenido multimedia, ¡ojo! que podía ser incluso pornográfico, en algún maldito dispositivo hereje.
El gran consejo Fanboy lo había tachado de nigromante, ese era el máximo pecado que se podía cometer contra el Dios Appol.
El Pobre Borja Mary, sacando fuerzas de flaqueza y saltándose la prohibición del alto consejo Appeliano, había escuchado el Audio colgado por este individuo en la plataforma “Ivoox”, la impresión sufrida por el pobre diablo fue tal que perdió el conocimiento y se descalabro con el pico de la mesa al caer al suelo.
La aventura acabo con veinte puntos de sutura en el cogote, y una dura reprimenda de los altos hermanos, que le recordaron que el acto de poder decidir por uno mismo era en si un pecado contra el Dios Appol, y su reincidencia en el mismo estaba penada con la excomunión y la expulsión de la comunidad Appeliana y posterior destierro a la Sala Purgatorio, donde el infeliz era sometido a un total ostracismo.
Ahora bien, los hermanos del alto Consejo se habían apiadado del pobre Borja Mary, al ver el estado de ansiedad y la descalabradura que había sufrido del pobre.
Pero ahora eran ellos, los Appelianos, quien tenían que dar la replica, los hermanos buscarían a este individuo por toda la red, mandarían a los terribles Fantrool y los Appolorkos, temibles guerreros virtuales que le harían la vida imposible en Facebook, en Twitter, y en todos los Chat y Foros que el perverso nigromante visitara, incluso le llenarían se correo electrónico con el poderoso Appol Spam, se iba a enterar.
¡Nigromante tiembla!, el Dios Appol, te persigue y su furia no conoce piedad.



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