Aconteció que después
de la poda, el Frei D. Alfonso de Lujan y Cañizares de la parroquial
de Villafranca, paso recado a un conocido de la localidad de Alcázar
de San Juan, para que buscara un mozo de esa localidad, a fin de
recoger los sarmientos de la viña, ya que andaba enfadado con los
mozos de Villafranca, después de los sucesos de Semana Santa.
Ruperto el de la Señora
Graciela, vecino de Alcázar, llego a la casa del Frei, entre dos
luces, mozo fornido, de carácter bonachón, conocido en la comarca
por la hazaña del borrico, ya que cierta vez llevando la bestia
cogida del ronzal, le salio al paso un alguacil del pueblo de
Alcázar, y le dijo, que por la calle por la que quería pasar tenia
prohibido el paso de bestias y carruajes, preguntole entonces
Ruperto, si por la calle podrían pasar personas cargadas de bultos,
el alguacil, le dijo que si, que por la calle caminando, podían
pasar personas cargadas o descargadas. Sin mediar palabra y ante el
asombro del alguacil, cogió Ruperto con toda su carga de aperos al
borrico y se lo hecho al hombro, cruzando después la calle, desde
entonces en la comarca a Ruperto le apodaban el Tío “Bárbaro”.
*Tío Bárbaro- Buenas
noches Padre, vengo de parte de Remigio,al que apodan Usurero, amigo
de vuesa merced, para la recogida de los sarmientos.
*Frei Alfonso -Remigio
Cervantes se llama, y te digo mozo, que en mi casa no consiento
nombrar apodos , ni motes. ¿Tendrás hambre?.
*Tío Barbato – Pues
vera Padre, después del paseo de dos leguas y media desde Alcázar
aquesta Villa, por el camino que los “cheleros” conocen por el de
los “Pozos de Navarro”, si, se me abierto algo el apetito.
También era costumbre en
la Villa, que el amo, que era como llamaban los villanos al patrono,
diera aparte de salario manutención al criado, es por lo que Frei
Alfonso, mando a la señora Blasa, poner cena al mozo antes de irse a
dormir.
*Frei Alfonso- Prepare
vuesa merced, dos huevos fritos al mozo, pero sin acompañamiento de
tocino, ni chorizo, que de noche carne o longanizas piden mucha agua
y dan mucha sed, y es menester que el mozo descanse bien para la
faena de mañana.
Presento la Señora
Blasa, a la mesa un plato con dos huevos viudos, acompañados de
hogaza de pan y una fuente de higos secos, para que el mozo comiera
algunos de ellos de postre tras la cena.
Repizco, a repizco, comió
el mozo el pan, al cual mojaba con tal dulzura en los huevos, que
para romper la yema de uno de ellos llevo comida media hogaza,
cuando termino con los huevos del plato, la hogaza de pan que hubo
encima de la mesa había desparecido.
Toco luego el turno a los
higos, que uno tras otro fueron desapareciendo de la fuente, hasta
que el mozo, se metió entre pecho y espalda algo más de kilo y
medio.
Frei Alfonso, al ver
esto, le dijo algo enfadado al mozo.
*Frei Alfonso – Tiene
vuesa merced, buenas hambres.
*Tío Bárbaro – No
crea Padre, soy mozo algo leído y sigo una de las máximas del
gran Paracelso, que dice, desayunos de Príncipe, almuerzos de Rey y
cenas de Mendigo, si su paternidad quiere comprobar mis hambres,
veame en el almuerzo de mañana, que entre el sano aire del campo, y
la dureza de la tarea, a buen seguro estoy que se me abrirán las
hambres.
Al oír esto, tornase la
faz del Frei en colorada a causa de la indignación y a dirigiéndose
al mozo esto le dijo.
*Frei Alfonso -Pero esto
no lo he yo de ver en mi casa. Tenga la bondad vuesa merced de coger
hatos y aperos y volverse por donde a venido, que el primer aire de
la noche es saludable tanto para la digestión, a si como para el
paseo de volver a su villa. Que ya encargare yo mesmo al Remigio, que
busque mozo menos leído en Paracelso y más leído en San Benito, y
siga así su máxima “ora et labora” (reza y trabaja), a ser
posible dándole más a las manos recogiendo sarmientos, que a la
boca tragando pan y pitanzas salidas de mis costillas.
la historia misma del tío traga
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