Segunda parte de escrito de Domingo Camuñas ·El Tío Cazuela" de la serie "Aconteceres de la Chela".
El Relato:
Llevándole
los pasos a pie de la portá del mesón, el tío Nieves bajó de
la
mula y la ató en una de las ventanas de hierro de la
fachada.
Eufrasieja, moza que ayudaba en algunas tareas a La Chela
salió
al encuentro al verle llegar para preguntarle.
-Buenas
tenga tío Nieves, Chela no me ha dicho nada de esquilar
ninguna
mula de los viajeros, pero si quiere usted verla allá dentro
está
por el corral viendo si las gallinas siguen poniendo huevos. Con
que
lléguese usted.
-No
es nada, Eufrasieja, venia con un recao del nieto de la tía
Filomena, que en la huerta queda regando los tablares, para tu
ama.
Y si no es mucho molestar, ya de paso, por la cocina me echas
un
vino, de los que tenéis refrescando en el pozo, que a la vuelta de
la encomienda tomaré antes de salir.
-Si,
tío Nieves, que ya sabe usted que es bien recibido en este sitio.
Cruzó
el patio y los pasillos con techo de tirantes, por el comedor, el
patio de atrás hasta uno de los corrales que daban a la parte de
atrás del mesón.
-¡Cheleja,¿
por dónde te andas?!, llamó el tío Nieves pasando al
corral.
-¿Quién
llama?..Ah, es usted , pase mientras miro si estas pollejas
nuevas
dan ya algo. Que no se yo, que estos gallos que tengo para
mí que
no se prestan ni a cantar a las madrugás, contranimás dase
a las
gallinas.
-En
casa también tenemos, pero no sé yo de esas cuentas, que de ello
se encarga la mayorala y no tiene que ir muy mal cuando casi
todos
los días me pone tortilla de patatas al almuerzo.
-Ay,
qué buena mujer fueron a dar sus ojos en ella. Y de cuantos
apuros
me saca si no hay huevos en la cueva.
-A
lo que haga falta en necesidad doncella, y si, a Dios gracias, mi
mujer es buena. Llégate a casa cuando en preciso hubieras, que en
ayuda común vos y nos salimos ganando si nos ayudamos. Más a lo
que me traía aquí. El mozo nieto de la tía Filomena, la de la
Isabel, me pidió recao para traer. En me ha dicho si al poder ser,
pudieras reservar mesa para final del mes natural en la hora de la
cena.
Ha de ser su deseo de parlamentar sobre escritura de libro sobre
unas historias que le rondan en la cabeza. De saber tienes, que
llegan a esta villa y tu mesón el tal Miguel, el de Cervantes, del
que
habrás oído en hablar por sus famosos escritos en la caballería y
otras novelas de fama nacido en la villa vecina de Alcázar.
Que
en sus avisos acudirán al poder, el paisano Ruy el Mambarrejon, y
Alonso Hernández, gente de paz que sabes que tuvieron sus mas y
su
menos con Esteban Fernández, el del molino de la harina del
Ciguela, cuando rompieron la presa deste su molino del que Hernán
Vázquez y Rodrigo Manrique alcaldes en ordinario tuvieron que
acudir a defender también. De avisar llevo de paso a Frei Don
Alfonso Lujan cura propio nuestro del que entiendo no haces
mucho
aprecio, al sr. Juan de Villanueva que nos dijo como hacer
el
malecón y también protege de las aguas tu mesón. Y que según
los
caminos que lleve en esquile de las mulas y borricos por los pueblos
de recao a Alonso Quijano, y al Panza, el Sancho.
A
los
cuales no sé cómo encontrar que siempre andan dando colodrones
por
esos caminos y pueblos de La Mancha. De llegar a la cena en
reunión de la mesa, y qué de aviso a Evaristo y Casimiro, amigos
que conoces míos, y vienen a esta casa a dar fiesta con las sus
guitarras según se lo encomiendas. Y qué también yo, quiere que
ande presente. Y no solo eso. Que el gusto del mozo que regando se
quedo en la huerta de la Filomena, ha de saber si tú pudieras
presidir cena y hablares de escritura. Así que eso es lo que me
venía
a traer.
¡Uhh..,
ay qué pena!, exclamó La Chela.
¿Pero
moza, es alegría o extrañeza?, requirió el tío Nieves.
¡Anda
con Dios, anda con Dios, que cosas! Y, ¿pues como se le ha
ocurrido
al chico de la tía Filomena andar en parlamentos y con
aquellos que
dice? Que no lo digo por el mozalbete, al que conozco
bien de ayer
mañana, de traerme judías verdes, manzanas, peras,
tomates, nabos,
melones y crianzas de la huerta; del que se
también de buen regaor
y de ser muy cabalico. Ayer mismo aquí
anduvo,
más no me habló de juntas ni letras con vecinos y
forasteros, que
a unos conozco y a otros de lejos. Que de esos
nombrados algunos son
de corteza chelera, aunque algún qye otro
y no me es de señalar
por ser de la ecclesia propia un poco de ir
carambucano. Más no me
meto en cada cual, que cada uno
tenemos lo nuestro en ir derecho o
torcío y no somos cuales para
andar en señal a nadie.
Ya
ves Chela, a mis decires, que ando por los caminos de villa en
villa
y de todo encuentro, que no solo en las viñas del Señor que
dicen,
así como también en los olivares. Si supieras de todas las
corbeteras
que hay en las muchas cabezas..., que incluso en sitios me quieren
dar los perricos. Aunque aviaos van y quedan.
Esquilados y sin lana,
ma tu que pitorra.
¡Jajaja!
Partiose a reír La chela ante tal comentario. ¿A su edad
con usted
se meten?. Mas les valiera a aquellos de la tontá
dedicarse a echar
rabos, algo aprenderían de surcos derechos y no
holgazanería.
Mis
aguarones son anchos y de soportar, refiriéndose a sus espaldas,
respondió el tío Nieves. Mas que los bribones no se me apesquen en
demasía que pronto salgo sin mirar lindes. Que a más de uno he
tenido que decirle ven acaquí y no pongas los pies en mi redor que
vas a correr como rabichero del concejo cuando quiere cobrarme más
de la cuenta de lo que dicen los impuestos. Y por listos de a
faltriquera
propia no me han vuelto a venir, ni en nuestra villa
ni en otra de
alredor.
Genio
tiene para ser tan buena gente tío Nieves, aseguró la
mesonera.
¡Ea,
no!, afirmó el buen hombre esquilaor. Ya mucho andado
tengo, y a
las buenas almas siempre me presto y dejo ropón en
cualquier
menester, pero no así a quien se me acerca relenco.
Pachasco
cuidado tengan. Pero moza, aunque comido vengo, no
estoy cosa, a la
Eufrasieja pedido tengo un vino allá en la cocina
que andará
pensando en mis tardares y allá me vengo, no sea que
el
vino caliente se ponga tieso y en vez de refresco no me asiente en
la barriga, y que al salir de aquí parezca que no voy solo. A la
tarde, después de siesta me volveré aquí en parlamento de lo que
me
trae
en recao el muchacho de la Filomena. Que a lo más pronto
deberé
llevar noticia de esta su inventiva de la junta en este
mesón tuyo
con los propios y forasteros para el final del mes
natural.
Continua:
Para
después de siesta
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