martes, 26 de noviembre de 2013

Relato: La entrevista. (Meliton Salazar III)


Melitón Salazar, recibió la llamada telefónica con cierta sorpresa, resulta que un amigo suyo, le había preparado una entrevista nada más y nada menos que con Baltasar Cavero Andreu, que se hizo famoso, ya que un día de diciembre de 1975 por un raro encuentro con humanoides ocurrido en una majada de ovejas en el término municipal del Burgo de Ebro, llegando incluso a ser entrevistado por el famoso escritor J. J. Benítez.
Así que una vez más Melitón Salazar cargo su vieja vespa con sus cámaras y grabadoras y se puso en camino, había que dado en un Bar de la localidad, a las 17:00 horas.
Transitando por carreteras secundarias tuvo un viaje bastante agradable, e hizo el recorrido en casi cuatro horas, cuando llego al Bar “Los Amigos” de la localidad de El Burgo de Ebro, Baltasar ya lo estaba esperando sentado en la terraza del mismo, fumando un cigarro.
Melitón se presento y entro en el local para pedir un café, trayéndose también otro para Baltasar.
-Hacia ya mucho tiempo, que nadie me preguntaba ya por lo que paso aquel día en la Majada, dijo el anciano.
-Ya se que usted estará harto, de contar siempre lo mismo, ¿pero me lo podría contar de nuevo?, pregunto Melitón.
-Pues la cosa ocurrió así, yo antes tenía una moto era una vieja Derbi Atocha con la que iba a trabajar a la majada que esta a unos 5 km del pueblo, ya como verá sigo teniendo la majada, pero ni tengo ganado, ni tengo moto, pues como le iba contando, sobre las cinco de la tarde de un día del mes de diciembre de 1975, termine la faena con las ovejas, cogi la moto y me dirigí hacia mi casa en el pueblo, estaba ya atardeciendo, sabe usted que por esas fechas, se hace de noche a las seis de la tarde, cuando circulaba por un paraje al que aquí le decimos "La Vega”, vi lo que me parecieron dos personas, vestidos como de blanco con una franjas azules, que iban desde los hombros a la cintura, pensé que sería la pareja de la Guardia Civil.
-¿Uniformes de color blanco?, pregunto Meltón.
Baltasar, saco un paquete de Ducados y le ofreció un cigarrillo a Melitón.
-Si de color blanco, la verdad es que me choco bastante, pero como en esa época las cosas estaban cambiando tan deprisa, pues me dije yo, a lo mejor les han cambiado el color del traje, el caso que otra de las cosas que me causo sorpresa, es que esos dos tipos andaban realmente deprisa, aunque iban en la misma dirección que yo, no pude alcanzarles con la moto, no es que yo corriera entonces mucho con ella, pero es que lo que pensaba que eran dos Guardias Civiles, andaban muy deprisa.
-¿Andaban?, no irían corriendo, pregunto Melitón.
-No, no iban andando, eso si a grandes zancadas, al llegar al cruce de caminos, que ya conduce al pueblo, los perdí de vista, concluyó Baltasar.
-¿Y después que pasó?, pregunto Melitón.
-Después la vida continuo igual, ya sabe madrugando para ir a atender el ganado, echarles el pienso, ordeñar, lo normal, hasta que pasados dos días, me encontraba yo terminando de comer en la cocina que tengo en la majada, cuando sentí un gran alboroto que provenía de los corridos, se oía balar a las ovejas y ladrar a los perros, desde la cocina hay una puerta que da directamente al corrido, puse el ojo en cerradura, y lo que vi me lleno de espanto, pues volví a ver a esos dos tipos, el ganado asustado se apelotonaba en una de las paredes del corrido, no se cuanto tiempo estuve allí, pero le puedo asegurar que aunque yo no soy una persona miedosa ese día manche los calzones, cuando me tranquilice, salí al exterior cogi la moto y redirigí al cuartel de la Guardia Civil del Burgo del Ebro, le conté todo esto a los civiles y el sargento de entonces un hombre recto pero buena persona junto con la pareja de servicio me acompañaron ala majada, en la misma encontramos tres ovejas muertas, que habían dido asfixiadas por sus compañeras, encontramos también a “Curro” uno de los perros muy nervioso, pero “El flaco” el otro perro, ese no estaba, aunque me pase luego varios días buscándolo, ya nunca apareció, y esa señor Melitón es la historia, luego como sabrá a raíz de la entrevista con ese periodista, Benítez, me hice famoso, y todos los investigadores de los platillos volantes querían entrevistarme y hacerme fotos, aunque yo siempre les decía que yo nunca había visto un platillo volante, acompañe a muchos de ellos a la majada, algunos llevaban extraños aparatos y realizaban mediciones por los sitios del camino donde yo decía que había visto a esos hombres, en fin, nunca me pagaron ningún dinero aunque eso si en esa época tome muchos cafés gratis, luego fue pasando el tiempo y a historia se fue olvidando hasta que hoy usted me la ha vuelto a recordar.
Melitón, desactivo la grabadora y guardo su cuardeno negro de notas, igual que el que llevaba Iker Jiménez cuando entrevistaba testigos o se documentaba para escribir algún libro y le dio las gracias a Baltasar, al despedirse este le dijo.
-He visto que tiene usted una Vespa, dijo Baltasar.
-Si y me espera un largo camino, le contesto Melitón.
-Pues tenga cuidado, y no se vaya a encontrar usted con los “Civiles”  vestidos de blanco.
En ese momento Melitón sonrió, al anciano, aunque sintió un extraño escalofrío que le recorría la espalda.

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