jueves, 7 de noviembre de 2013

Relato: La hazaña del Icaro de Villafranca.


Aconteció que estando el Frei D. Alfonso de Lujan y Cañizares, de la parroquial de Villafranca, echado a la siesta, en un caluroso mes de agosto de 1798, llamaron impetuosamente a la puerta de la calle, la Señora Blasa, que dormitaba después de fregar los cacharros de la comida, sentada en una silla de esparto, a la sombra de la higuera, se despertó y salio presurosa a abrir la puerta de la casona.
Resulto ser el Tío Bartolo, primo de la Señora Blasa, que con la cara compungida, le dijo a la gobernanta.
*Tío Bartolo -Presto Blasa, esta el señor cura en casa.
*Señora Blasa -Echado a la siesta esta, primo.
*Tío Bartolo -Tenga vuesa merced el buen seso de avisarle, que vengo por asunto de vida o muerte.
No hizo falta que la Señora Blasa, buscara al Frei, ya que este al oír el escandalo, salía ya por el corredor de salida a la calle, ajustándose el cinturón de la sotana.
*Frei Alfonso-¿Aquesta son estas voces?, a la hora que todo cristiano de Fe, ha de guardar reposo, para  digestión de la pitanza.
*Tío Bartolo - ¡Hay padre!, tenga la bondad su paternidad de acompañar a este pecador hasta el mesón de la Chela, ya que el «Mal Ara» nublado el seso por las calores y el vino de la comida, se ha subido al tejado del mesón y atándose dos gavillas de sarmientos,  cada una en un brazo, diciendo el «desgracio» que se va a tirar del tejado ya que puede volar al igual que las avutardas.
Llegaron presurosamente al mesón el Frei acompañado de la gobernanta y su primo, Eufrasio «Mal Ara», corría por el tejado del mesón para risa y chanza los vecinos congregados en el lugar.
El Tío «Amores», junto a la Consuelo la «Chela» ambos ligeramente achispados y muertos de la risa, hacían señas al desgraciado y le decían.
*Tío Amores - ¡Pitorra! Eufrasio baja «desgraciao», que con el vino que llevas, ahora mismo ves menos que el «Tío Cipriano», que metió un sarmiento por el «ojo» del culo de la mula y le dijo «¡jódete! desgracia que te entortao».
Al decir esto se oyeron grandes risotadas entre los vecinos.
El Frei, pidió silencio a los villanos y pregunto al Tío Amores.
*Frei Alfonso - ¿Bebió mucho vino el mozo?.
*Tio Amores - Mucho Padre, entre los tres, cayo al menos media arroba de vino, de los cuales el «Mal Ara» bebió casi la mitad del morapio.
*Frei Alfonso -Pero «Almas de cántaro» ¿como habéis bebido tanto?.
*Tío Amores - Ya sabe su paternidad, la culpa la tienen las calores, las calores y las sardinas «salás» con una raja de melón que la «Chela» puso de almuerzo en aqueste día, y entre repizco de pan, taja de arenque en salmuera, y trago largo vino va y trago largo de vino viene, al «Mal Ara» se le metió en la «chinostra» que podía volar al igual que los ángeles, y saliendo de la posada asió dos gavillas de sarmientos y un par de pitas y a este extremo hemos llegado.
*Frei Alfonso -Eufrasio, baja ahora mismo del tejado, que te vas a desgraciar, que vuesa merced tiene de ángel, lo que yo mesmo de sarraceno, que me tengo por buen cristiano.
Eufrasio volviendo la vista a bajo le dijo entonces al Tío Amores.
*Mal Ara -¡Meliton! fíjate si andaré ciego, que veo incluso al «Pedigueño» (refiriéndose al Frei) al lado tuyo. ¡Padre!, si al tejado subí con la intención de volar, no fue para afrentar a Dios, ni al demonio, fue mas que «na» por envidia al famoso «Tío Amores» conocido en la comarca por la hazaña de los cuescos, haciendo suspirar por esto a las mozas de la villa, y yo mesmo ¿quien soy? el «Mal Ara», un «desgraciao» que unos carnavales se «achispo", y aró en «sembrao», para chanza del paisanaje, ¡pues ya esta bien Padre!, desde ahora se me conocerá como Eufrasio, el «chelero» que voló en aquesta villa, al igual que una golondrina.
*Frei Alfonso -¿Pero que dices?, ¡tonto de la pitorra!, que vas a caer igual que una piedra y te vas a partir la crisma.
*Mal Ara -¿Tonto de la pitorra?, ahora vera su paternidad.
Diciendo estas palabras, salto del tejado, batiendo Eufrasio los brazos engarzados en los sarmientos al igual que haría un pájaro, y al igual que Icaro cuando el Sol
derritió la cera de sus alas, bajo igual que una piedra, dándose un gran porrazo en el empedrado, se descalabro la testa y se quebró el brazo diestro.
*Mal Ara -¡ Muerto soy!¡ Padre!, tenga la bondad de darme vuesa merced la extrema unción.
*Tío Amores -¿Extrema unción?, lo que te voy a dar es una pata en mitad del culo «desgraciao», y no digo que en los «cojones» por respeto al Frei, que buen susto nos has dado.
*Frei Alfonso -Tengan la bondad vuesas mercedes de recoger aqueste «ángel» caído, que al igual que el demonio fue expulsado del cielo para encontrar el infierno y llévenlo ante Don Onofre el Boticario, para que arregle el entuerto.

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